sábado, marzo 08, 2008

EL MACHISMO CONTRAATACA

Revista Mujeres, La Habana/Servicios Google

Por Erick Pescador Albiach

Las mujeres también son malas”, éste es el nuevo mensaje. Cuando por fin la sociedad tiene mayor sensibilidad frente a la discriminación que sufren las mujeres, surgen mensajes ambiguos: “Los hombres lo han hecho mal durante años, pero, ¿y las mujeres?”, “las mujeres violentan pero psicológicamente”, “también hay mujeres que maltratan”. Asistimos en el mundo, muchas veces impasibles, a un neomachismo que pretende ocultarse en mensajes populistas que ponen al mismo nivel las tropelías machistas y las supuestas acciones de las mujeres.

Pongamos el ejemplo reciente de varios periódicos de tirada nacional que colocaban en su web y en el mismo plano la espeluznante historia de un hombre que apuñala a su mujer en el coche y aparca en la puerta de la comisaría para entregarse, y la extravagancia de una mujer que agredió a su marido (uno de cada 1.000 casos de violencia de género), o la inusual denuncia falsa de una mujer por violación.

Escuchamos el discurso de personas que ante la violencia machista responden con un: “Algo habrá hecho ella”. La responsabilidad de los violentos quedaría repartida en un confortable pero injusto 50% que nos inhibe de tomar partido por las víctimas, las mujeres. Se pretende con ello diluir las responsabilidades de los violentos, negando lo ocurrido, dividiendo salomónicamente las culpas con la víctima y minimizando las consecuencias de las agresiones. De paso se alimenta el arquetipo de mujer malvada, perversa y mentirosa. Hay quienes intentan hacernos creer que las mujeres se merecen todo lo que les suceda y son tan culpables como los hombres.

Se trata de la misma estrategia abusiva y autoexculpatoria del conductor chulesco que recientemente, demandaba por daños en su vehículo a los padres del adolescente a quien atropelló conduciendo a 173 km/h. O la pelea de algunos partidos políticos contra la ley de paridad recientemente aprobada. O también, el obispo de Tenerife, que acusa a los jóvenes seminaristas abusados sexualmente de provocadores del pecado. O las voces de alarma frente a las supuestas denuncias falsas que podrían derivarse de la aprobación de la ley contra la violencia machista (menos de un 5%, en comparación con el 10-15% de otros de delitos). O si recuerdan, aquel famoso caso de la minifalda donde de nuevo la mujer era culpabilizada por provocar a su violador. O más sutil, la criminalización de las mujeres que abortan olvidando al varón que participó en el embarazo no deseado o no planificado. Afortunadamente, parte de la ciudadanía ya no cae en esas zafias trampas de quienes se aprovechaban de la falta de criterio cívico; pero, sin embargo, hay otras demonizaciones de las víctimas para las cuales es preciso hilar más fino.

El último avance neomachista es el aprovechamiento jurídico del SAP (Síndrome de Alienación Parental), invención de Richard Gardner (1992), nunca reconocida científicamente, que consiste en “la eventual manipulación de niños menores por progenitores custodios para enfrentarlos y ponerlos en contra de los progenitores no-custodios en procesos de separación o divorcio”. Se la identifica como una forma de maltrato a los menores, cuando el auténtico delito se comete al negarles la capacidad para elegir libremente con quién desean vivir, cotidianamente la madre, que es con la que han compartido una mayor proximidad. Casualmente es más utilizado por los hombres que denuncian y denostan a sus “satánicas” ex mujeres, que en muchos casos habían antepuesto denuncia por agresiones, incumplimiento del pago de la pensión y de las visitas acordadas, etc.

El SAP está dando cobertura seudocientífica a las demandas de muchos padres separados y cabreados y a algunos jueces peleados con la igualdad para que un tribunal dirima sobre la custodia de los menores a favor de los padres. Actualmente se revela como necesario hacer un análisis profundo y particularizado de cada litigio de custodia compartida para preservar los derechos de madres y padres y de hijas e hijos. Así evitaríamos la discriminación sexista al otorgar la custodia.

Las víctimas del Síndrome de Alienación Parental son en realidad las mujeres, los menores a quienes les secuestran el derecho a elegir, el propio proceso de igualdad entre mujeres y hombres. Resulta significativo que en distintos periódicos aparezcan como una guerra entre iguales los argumentos de defensores y detractores del SAP (p. ej. Programados para odiar a papá, 29 de noviembre de 2007, El País).

¿A qué intereses responde culpabilizar de nuevo a la mujer? Sin duda, cambiar todo para que nada cambie. Parafraseando a Antonio Machado: “La mejor forma de que no cambie algo por dentro es cambiarlo por fuera constantemente”. Y esto es lo que pasa hoy con el proceso de igualdad. ¿Será un reajuste del patriarcado para permanecer, como sucede con el capitalismo al disfrazarlo de sociedad de bienestar?

A los varones nos queda un largo camino para convertirnos en padres responsables, presentes y protectores. Todo mi apoyo a los padres que se atreven a pedir la custodia total de su progenie, teniendo en cuenta que pocos o ninguno lo hacen así en un proceso judicial. Acabemos primero con el apoyo social al modelo de padre tradicional, habitualmente ausente, otras veces agresor e incluso en muchas ocasiones presente físicamente pero sin implicación emocional en la educación, la crianza y el cuidado.

La educación en igualdad es la única vía ética para evitar este tipo de abusos. En las escuelas ya hemos comenzado con este proceso de generar alternativas de paz en la paternidad y la maternidad. Se trata de construir nuevas formas de familia y pareja en las que quepa otro tipo de hombre más presente en la crianza de sus hijas e hijos.

Erick Pescador Albiach es sociólogo y sexólogo. Especialista en género, masculinidades y prevención de violencia

UN BESO: DESDE HOY EN ADELANTE

Revista Mujeres, La Habana/Servicios Google

Por: Antonio López Sánchez

Llega marzo nuevamente y con el nombre del mes, casi a flor de labios, emerge también una imagen femenina. Al conjuro del octavo día del tercer mes celebramos el Día Internacional de la Mujer. Y aunque el festejo todavía se asocia desde algunos como llenar el día de borbotones de pétalos olorosos y lisonjas, no es ese el modo completo de prodigarles a las mujeres nuestros mejores amores.

Por supuesto que nada más lejos de estas líneas que el trasnochado extremismo de evitar la celebración y el elogio a la belleza y a la ternura femenina o el colorido de fiesta en olores y hermosuras de un ramo florido. Pero sería un afán tan ignorante como vano el sólo detenerse ante una mirada, una piel o un gesto y convertirlo en el centro, en el fruto a la vista, en la más importante joya a resaltar para el festejo de la gracia femenina, aunque medien toneladas de jardines.

Ignorante y vano digo, porque detenerse tan sólo en los dones de la frescura o en virtudes asignadas, asociadas casi sin remedio a la mujer, como la dulzura o la suavidad reconfortante (para los hombres sobre todo), sería menospreciar valores otros, oros más legítimos y mejores, que más allá de la simple vista fructifican en el sitio de lo verdaderamente imperecedero. No sería completa, ni justa, ni digna, una felicitación y un beso a las mujeres, sino llevaran también el reconocimiento a sus sudores, a sus ideas de nueva maravilla, al paso que va también en desafío y acción en compañera marcha, o incluso, a ese sendero que va adelantado y proponiendo huellas a seguir.

Y por otro lado, trasladar jardines en regalo, una sola vez al año haciendo árido al resto, tampoco alcanza a ser el premio merecido por ellas en su fecha. Si esas flores de un día no se riegan a diario con la lucidez, y la obligación, de compartir la senda en todo lo posible; si esas flores de hoy no traen también la persistencia de fundar desde todos los detalles y de llevar entre dos el sabor de las felicidades, y hasta las amarguras, de cada hojita del calendario, entonces serán colores marchitos, sin luz; serán tan sólo pasajeros artificios.

Una página para ellas desde un ocho de marzo es tarea ardua. Para las mujeres, y más para las cubanas nuestras de cada día, no se ha inventado aún adjetivo justo que las atrape, ni color que enteramente las dibuje, ni poema capaz de sobrevolarles todas las almas y costas. No obstante, a sabiendas de no lograr jamás el retrato de sus genuinas estaturas podría intentarse el reto de atraparlas en un trazo escrito.

Más que en adjetivos o sustantivos, puede dejarse rodar el primer pincelazo para un intento de óleo, en los verbos diarios detrás del amor, de la inteligencia, del trabajo que todas ellas prodigan a su paso; detrás del pedazo de vida que brindan para todos desde la enseñanza, desde curar almas o carnes; desde la vigilia de una bala o del papel en blanco que desde su idea será luego fábrica o circuito o novela. Incluso puede andar por allá, en los cerros o selvas de otros cielos, para hacer mejores a otros en otros sitios del mundo. Y después dígase entonces de su infaltable hermosura, pues qué mujer no lo es, pero que llevará ahora ropajes mejores y más hondos y válidos que los perecederos afeites o las purezas fatuas de la carne joven.

Sobre colores, gastaríamos siglos y sueños de arcoiris para el hallar el tono exacto de sus haceres. Y la poesía, mujer ella misma, ha gastado ya cofres enteros de páginas y azares sin que todavía la palabra mujer sea más verso y más nobleza que cualquiera de sus retratos reales en alma y vida. Por eso, en este nuevo ocho de marzo, sabiéndola ahí, tangible a la distancia de un amor o de un intento por mejorar cualquier pedazo de existencia, juntemos desde ahora todas las estrofas posibles de estar a pie firme a su lado en lo diario; para apreciarla hermosa, pero también profunda y segura; tierna, pero jamás débil; inteligente y dedicada; encendida pasión y logro: Capaz de ser en mayúsculas cada vez más.

Abramos entonces los pétalos de todos los colores y versos posibles con nuestra mano tendida a todas ellas sin importar la hojita de turno en el calendario. Para que el beso de felicitarlas, de quererlas y acompañarlas, comience desde hoy. Y que dure vivo por todos los ochos de marzo venideros.

DE UNA MUJER PARA TODAS LAS MUJERES

Revista Mujeres, La Habana/Servicios Google

Por: Marilys Suárez Moreno

Hace 98 años, una mujer extraordinaria llamada Clara Zetkin, lanzó en Copenhague, Dinamarca, la idea de celebrar el 8 de marzo de cada año el Día Internacional de la Mujer.

La feliz proposición, acogida con entusiasmo por representantes de 16 países presentes en la Primera Conferencia de Mujeres Socialistas, celebrada en la capital dinamarquesa, ha ganado a través del tiempo una fuerza singular.

La justa iniciativa que hoy comparten millones y millones de mujeres en todo el mundo, ha servido para que a su calor se desarrollen pujantes movimientos femeninos y cada vez más las mujeres luchen por la obtención de sus conquistas y reivindicaciones sociales, contra los prejuicios discriminatorios, en favor de la igualdad y por la felicidad de sus hijos.

El esfuerzo de precursoras como Clara Zetkin, no ha sido en vano. Su nombre se vincula a una fecha trascendente del devenir de los pueblos: el Día Internacional de la Mujer. Como bien ella misma le dijo a su hijo Máximo, cuando éste la reprendía por trabajar tanto, “No hubiera tenido que “inventar” en 1910 la fecha del 8 de marzo”. Al hacerlo, dignificó la voz femenina en todas las latitudes, como símbolo de los nuevos tiempos

De origen alemán, su nombre de soltera era Clara Eissmer. Maestra de profesión, Clara se enamoró en sus tiempos de estudiante de un joven ruso, Otto Zetkin, con quien se caso, adoptando el apellido suyo. Pronto la joven profesora se convirtió en una entusiasta dirigente femenina que, luego de muchos avatares y décadas de luchas, propuso en la citada Conferencia de Mujeres la resolución que convirtió el 8 de marzo en Día Internacional de la Mujer, reivindicando para ellas el derecho a votar y a ser elegidas, al trabajo y a una vida de paz y dignidad.

La proclamación del 8 de marzo fue el colofón de múltiples vivencias de las trabajadoras a lo largo de décadas de conflictos de clase; también de las experiencias de las sufragistas y de las batallas de los pueblos.

En 1911, alrededor de un millón de mujeres participaron en la primera celebración de su Día en Dinamarca, Alemania, Austria y Suiza. En los años subsiguientes, la fecha se celebró en más y más países y hoy constituye una jornada de luchas, recuentos y victorias.

En Cuba, donde la mujer alcanzó su total plenitud, tanto en el plano personal como social, ella ha devenido protagonista indiscutible del proceso revolucionario cubano. Destacadas en los más diversos sectores, trabajan, dirigen y convocan, ungiendo con la miel de su amor la obra de la Revolución., aportando con su entusiasmo de ciudadana de un país verdaderamente libre y soberano, la dicha de saberse útil, estimada y reconocida en toda su grandeza.

Mujeres con demasiadas cargas a cuestas

Entre éxitos y momentos difíciles, las mujeres se enfrentan al reto de asumirse y de continuar la búsqueda de cambios en todos los ámbitos
Por
Petra Saviñon / El Caribe
Independientemente de que reconozcan que muchos obstáculos se han vencido y que son numerosos los logros obtenidos, todavía a las mujeres les queda, como un residuo en la taza de chocolate, el sabor que deja el cúmulo de cosas negadas e insatisfechas, de espacios por ganar y de conquistas mutiladas.

A la hora de hacer recuentos se citan entre las conquistas mejores condiciones laborales y más respeto a las decisiones asumidas, lo que se traduce en un mayor grado de tolerancia hacia los intereses de las féminas.

Al momento de tocar los aspectos negativos que marcan a las hembras, surgen múltiples variables, fondos tan negativos que han llevado a las organizaciones feministas en varias ocasiones a plantarse ante las puertas del Congreso, de la Suprema Corte de Justicia y del Palacio Presidencial a exigir que se escuche su voz.

Mary Pérez de Marranzini tiene en su carpeta de logros haber creado la Fundación Dominicana de Rehabilitación, un espacio desde el que las personas con discapacidades físicas y mentales muestran sus cualidades humanas, en toda la extensión de la palabra.

“Las mujeres con limitaciones enfrentan muchas cosas negativas, pienso que es justo que se les deje demostrar lo que son capaces de hacer, que se les dé el espacio al que tienen derecho”, insta. Así las cosas y tomando en cuenta el papel que ha desempeñado la mujer a lo largo de la historia, habría que cuestionarse sobre el sentido que tiene que se celebre un día exclusivo para ellas. Esa interrogante la responde Milagros Ortiz Bosch.

“No es realmente una celebración, es una conmemoración, por la matanza que sufrieron las obreras en una fábrica de Estados Unidos y lo que pasó luego en Rusia. Es un día para recordar, no es una fiesta, es una fecha para decirle al mundo la importancia de llegar a la igualdad”, dice.

La única mujer que ha sido vicepresidenta de la República no se queda ahí, también alza su voz de protesta.

“No hay razones para estar satisfecha con la sociedad, cuando una descubre que el 42 por ciento de los dominicanos son pobres y se sabe que la mayor pobreza es la que afecta a las mujeres, cuando sabe que a pesar de que somos el 74 por ciento en las universidades y el 70 por ciento en el sistema educativo, la mujer es la más pobre de los pobres. Cuando descubrimos que los niños desnutridos están ubicados en hogares de mujeres que no tienen trabajo”, expone.

La socióloga y feminista Magaly Pineda traduce el planteamiento de la lucha por la igualdad de género y lo convierte en un aspecto digerible para las mujeres que conforman el gran grueso, sin privilegios y con demasiado cargas a cuestas. Esas que parecen importantizarse solo con fechas como el Día de la Mujer.

Habla de las dos caras que dice que tiene la fecha; ha llegado a sectores que no la conocían, pero por el otro lado, se ha convertido en el San Valentín de las mujeres. Se refiere de esa misma manera a las razones por las que han luchado las mujeres desde el inicio de los tiempos.

“Las luchas a principios del siglo pasado eran por un mejor salario, pero también eran por la paz”, sostiene.

Pero de forma lamentable la guerra es también contra violación y acoso sexual, actos de barbarie; la cadena de hechos horrendos llenaría varias páginas. Es escalofriante la cifra; un promedio de 400 féminas perecen al año a manos de sus compañeros o de malhechores, que en muchas ocasiones también las ultrajan sexualmente.

Mujeres con faldas. Esas declaraciones remiten a las estadísticas que dan cuenta de que cerca del 39 por ciento de los hogares dominicanos está compuesto por madres solteras, o lo que es igual; por mujeres que han asumido la manutención y crianza de los hijos, sin respaldo y con el estigma que eso significa.

Esa realidad, ligada al espíritu de subsistencia, ha sido motor para que muchas opten por desempeñar oficios otrora vedados por la sociedad y por ellas mismas, como parte del sistema.

“No debe causar asombro que una pueda construir un edificio, dirigir una empresa, levantar pesas o desarmar un carro, manejar un camión o también arar la tierra, se trata de que eso debe verse como normal”, expresa María Tejada, una ebanista “con madera”.

Es que el rol de mujer se ha asumido desde una perspectiva más agresiva y emprendedora y lo que antes era catalogado como excepción cada vez gana más terreno.

Casos sobran desde el principio de la vida republicana; la participación de las mujeres en las luchas independentistas se remontan a la época de coloniaje español y llegan hasta la revolución de abril de 1965, en la que el papel de las féminas no se limitó a alimentar y esconder a los guerrilleros; tomar las armas y combatir también fue cosa de hembras.

¿Será que ser mujer, aun abre un laberinto en el pecho y las injusticias nos lastiman demasiado como para ignorarlas?
Y también se dice arte
De la mano de las musas, la mujer ha logrado lanzar un grito que le ha servido de puente entre sus miedos y su realidad, a través de las muchas manifestaciones del arte se ha atrevido a hacer que su voz se escuche, a someter una propuesta a veces muy individualista, hasta convertirse en la protagonista de su propio destino.
La poeta Lery Laura Piña lo dice así: “Es una forma de decirse. El arte permite ser, es una forma de concretar intimidad con todo lo que existe y es una forma de liberación”.
De manos firmes y libres
Ella tiene 62 años, que le han servido para criar muchos hijos. Levantada desde antes de que despunte el alba, sabe contar las horas de frío, de calor, de hambre y de desesperación.
Es mujer con miles de nombres, que labra la tierra con manos recias, que desconoce las teorías sobre movimientos feministas, sobre igualdad de género y sobre grupos que la representan, pero que las asume en su diario vivir.
Es mujer de campo a la que no llegan con asiduidad programas de salud, de vivienda y de educación y que sumida en la más lacerante pobreza saca fuerzas para sobrevivir y sonreír.
Aspectos muy negativos
Ya no más
Un cese a las agresiones

Las agresiones contra las mujeres generalmente se circunscriben a la esfera familiar, sin embargo, esa grave realidad es peor aun si se toma en cuenta que los maltratos no se quedan en esa órbita, que son más abundantes.

El seis de febrero, los restos de una mujer aparecieron diseminados en fundas plásticas en Azua. Estaba a punto de dar a luz. Un tiempo antes, dos hermanas adolescentes fueron abusadas por siete hombres en la provincia Independencia. Ninguno de los dos casos ha sido resuelto, y las agresiones siguen en pie.
Políticas
Más interés en salud

Las deficiencias registradas en los servicios médicos que se brindan a la mujer, hacen necesario y urgente el reforzamiento de los programas de salud, con énfasis en el plano sexual y reproductivo.

La coordinadora de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván, enfoca una larga lista de inconvenientes, todos con un elemento en común; el detrimento de la salud de las féminas. El VIH, el cáncer de mama y el de cuello uterino, crecen como reguero de pólvora y son tan alarmantes como el subregistro en la mortalidad materna.
Hablan las protagonistas desde el årea que las hace iguales
Milagros Ortiz Bosch
Ex vicepresidenta
“La última gran discriminación es la de la mujer, pero si bien es cierto que la sociedad tiene que darle cosas a la mujer, la mujer también tiene que luchar por abrirse un espacio para conseguirlas”.
Mary Pérez
Fundadora rehabilitación
“Las mujeres son excelentes en el área de la fisiatría, puedo dar testimonio de eso y es por eso que creo que las oportunidades deben crecer. Ahora se aprecia su trabajo como profesional y esposa”.
Lery Laura Piña
Poeta
“Con la mujer, sobre todo, en la literatura, que es con lo que más comunión tengo, el arte es una forma de vencer las barreras, la mujer es más expresiva, porque todas las barreras están ahí, frente a ella”.
Juana Ferrer
Campesina
“La mujer del campo necesita más oportunidades, ser tomada más en cuenta, porque son muchos los obstáculos que tiene enfrente y las precariedades que atraviesa por sus limitantes económicas”.
Sergia Elena de Séliman
Política
“En términos políticos han habido algunos avances. La mujer dirige partidos, tiene roles importantes, pero lo que debe motivarse es que tengan las mismas oportunidades que los hombres”.
Sergia Galván
Colectiva mujer y Salud
“Los programas de salud son un retroceso, sobre todo, para las más pobres. Hay cosas como la muerte de madres adolescentes y la reducción de la transmisión vertical del VIH, que descuidan a la madre”.