domingo, noviembre 22, 2009

Un suplicio sale a la luz por las Hermanas Mirabal



LAGACETA.COM.AR

Las Mirabale fueron defensoras de los derchos humanos
BUENOS AIRES.- El 25 de noviembre se recuerda el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.

Se han conseguido avances positivos para combatir este flagelo social en Tucumán. Ellas ya no están solas.

La primera cachetada que recibió llegó a los siete meses de casada. "Después me pegaba en zonas del cuerpo que quedaban tapadas por la ropa. Salía a la calle con una sonrisa para que nadie se diese cuenta", recuerda enojada G., de 64 años. Después de 30 años de convivencia, decidió separarse. El destino, sin embargo, le preparaba otra experiencia cruel. Relata: "mi segunda pareja me insultaba tanto que un día dije: 'basta'; pero sólo conseguí que dejase de perseguirme con la denuncia policial".


En el Observatorio de la Mujer aseguran que la violencia desfigura el rostro. Dicen que las víctimas presentan una inequívoca expresión de miedo y desesperación. El acompañamiento que la institución brinda puede ser en cierta medida considerado una batalla contra esa tristeza epidérmica. La recuperación queda reflejada en el color y la serenidad de las facciones. A veces -describen en el Observatorio- es tan profundo el cambio de aspecto que cuesta reconocer a la mujer desolada que algunos meses atrás llegó implorando ayuda.


"Hay que vivir este infierno para entender cuánto se sufre", murmura con voz cansada F., de 58 años. Al igual que G., esta víctima de la violencia accede a contar su historia a LA GACETA con la condición de mantener en reserva su verdadera identidad. Con 32 inviernos de maltrato a cuestas, F. es un ejemplo de lucha en el Observatorio. Su rostro, desde luego, tiene las arrugas y pliegues comunes en una mujer de su edad. Pero tres años de tratamiento psicológico y ocho denuncias penales en contra de su ex pareja no bastan para borrar el pasado de lesiones que comenzó durante el noviazgo. "El me pellizcaba y después me pedía perdón", confiesa F. con amargura.


G. tiene unos ojos claros pequeños que se hunden mientras habla. Sentada en el borde de un banco del Centro de Salud (donde funciona el Observatorio) explica: "no pude compartir antes mi problema porque perdí mis amistades; mi primer marido no me dejaba salir". La violencia -añade- dejó secuelas psicológicas en su hija: "mi hijo, en cambio, tiene una mentalidad machista; cree que es mi obligación estar con su padre".


Auxilio redentor


Atenta, F. interviene para considerar que esa perspectiva responde al ideal de esposa sumisa y obediente. "¡Llegué a creer que era yo la que provocaba el comportamiento violento!", exclama. G. asiente y agrega que a menudo las mujeres se convencen de su culpa. "Pero no había manera de complacerlo: me maltrataba por cómo me vestía, por cómo cocinaba... para él estaba siempre fea", reconoce F. que aún tiene cicatrices de las palizas que le propinaba su esposo.


Llegó a sentirse absolutamente inútil. Devastada, el 8 de marzo de 2006, F. leyó en este diario que en el Departamento de Violencia, Mujer y Derechos Humanos de la Municipalidad de la capital auxiliaban a las víctimas de maltrato. "Allí comencé un tratamiento que me fortaleció y pude poner distancia definitiva", informa con una ligera mueca de satisfacción.


El silencio puede ser bello

F. y G. intentan ayudar a otras víctimas. Saben que la soledad es un obstáculo enorme para quebrar el círculo de la tortura. Ambas coinciden en destacar -y agradecer- la imprescindible contención que recibieron en el Observatorio, que desde su creación, en 2005, atendió 1.515 casos de violencia. En lo que va del año, 467 víctimas expusieron sus cuadros de maltrato en el servicio, que depende de la Secretaría General de Políticas Sociales de la provincia.


Algunas mujeres lograron sostener los arduos planes de trabajo hasta el punto de iniciar un microemprendimiento que les permita costear gastos y reconstruir la vapuleada autoestima. Con la supervisión de la psicóloga Claudia Hurtado, una quincena de ellas -de todas las edades- prepara las actividades del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (este miércoles). Divididas en dos grupos -que incluyen a F. y G.- proponen consignas para sensibilizar a la comunidad sobre la problemática que ellas padecieron en cuerpo y alma, y que están en trámite de superar.


A pocos metros del Observatorio y ajeno al ruido de la reunión, un hombre duerme. De la rueda improvisada con bancos surge una voz firme. Con entonación impecable, una mujer lee el "Poema 15" del chileno Pablo Neruda, que comienza con el verso "Me gusta cuando callas porque estás como ausente".

La lectora arguye que eligió esa composición porque aborda el silencio de una manera bella. Sus compañeras la aplauden. Nadie diría que esas miradas emocionadas y cómplices pasaron largas temporadas en cautiverio.


Los porcentajes de un brote mundial

ETIOPÍA. El 71% de las mujeres dice haber sido sometida a violencia física o sexual por un compañero íntimo, según la Organización Mundial de la Salud.

GRAN BRETAÑA. El 30% de las mujeres denuncia haber sido sometida a violencia física o sexual por un compañero íntimo, según la OMS.

SUDAFRICA. Una mujer de este país africano muere en manos de su pareja cada seis horas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

PERÚ. El 50% de las mujeres denuncia haber sido sometida a violencia física o sexual por un compañero íntimo, según la Organización Mundial de la Salud.

BRASIL. La ONU dice que el femicidio o feminicidio es la causa del 13% de las muertes de mujeres en edad reproductiva en la ciudad de San Pablo.

ARGENTINA. En el último año, la Oficina de Violencia Doméstica creada por la Corte Nacional recibió 6.746 denuncias: el 82% de las víctimas son mujeres.