Ana Pereyra
No cabe la menor duda de que la mujer cuando llega a la cuarta década entra enel mejor esplendor de su vida, no sólo por la experiencia y la sabiduría que los años le dan, sino porque esta etapa le permite disfrutar de amar y ser amada plenamente.
También le permite visualizar el entorno sobre las cosas que le convienen o no, es la experiencia de los años vividos que le dan ese trastoque de ingenuidad, "perversidad”, seguridad y espontaneidad de mujer adulta “que sabe lo que quiere y lo que busca”.
Pero el “paquete” no viene solo de bonanzas, también llegan con ellos un sinnúmero de acontecimientos increíbles e impredecibles, que aunque se quieren ocultar estan ahí como si le recordaran cada momento vivido.
Esos molestos y achacosos instantes en la vida de la mujer después de los 40, son tan significativos como odiados por toda fémina, esos años vienen con ese monstruo que se convierte en la hecatombe de la mujer.
La persigue como un ladrón a su presa, se convierte en su sombra, para en cualquier momento darle el zarpaso de gracia; y aunque trate de esquivarlo, hasta esconderse en un manto invisible, el monstruo la ataca y se apodera de ella.
Ese fantasma llamado menopausia apaga la plenitud con que se vive, se hace y se siente el amor en esta época tan maravillosa de la mujer, porque estos trastornos aparecen a cualquier hora sin ser invitado.
El "paquete” menopáusico trae consigo toda una canasta diversificada de trastornos en el sexo débil, lo que hace, en ciertos casos- que la mujer olvide el esplendor del momento y se concentre en la odisea que tendrá que vivir en noches de calores y fríos infernales en plena estación primaveral a causa de la menopausia.
De repente esos sudores se convierten en fríos, también se hacen presentes como por arte de magia trastornos como la alta presión, obesidad, colesterol alto, osteoporosis, artritis, resequedad en la piel y escasez de pelo, entre otras incomodidades.
En otras féminas el “problema” se agrava, porque se apaga la llama de la pasión y disminuyen sus deseos sexuales convirtiendo su relación de pareja en una pesadilla. Estos cambios fisiológicos y trastornos emocionales producto de la menopausia varía en cada mujer.
Lo más importante de esta “pesadilla” menopáusica son los elementos que podemos encontrar para deshacernos del “paquete”, tratando de llevar una vida activa y sana, realizando ejercicios físicos y una buena alimentación contribuiría grandemente a que le demos un "knoc kaout" a este desbalance hormonal que nos ataca sin piedad.
Démosle la espalda a todos esos trastornos, burlémonos de ellos, vivamos nuestros momentos de esplendor; aunque no “sientas” deseos sexuales hazlo y disfrútalo como cuando tenías menos años y verás que sí se puede “matar” al monstruo menopáusico que llevamos dentro. ¡Sí se puede! Muchas lo hemos “matado”. ¿Por qué tú no?