sábado, enero 19, 2008

Violencia doméstica: un mal del que es difícil hablar

Por Belkis Cruz Hurtado
Periodismo ciudadano de New York

¿Qué constituye violencia?

¿Es simplemente darle golpes a una persona? También la violencia verbal nos ha dado una nueva visión del ser humano y de sus necesidades psicológicas. Ahora sabemos que hay otro tipo de violencia que también hace daño a las personas se trata de la violencia conductual, esta puede ser silenciosa y dañar la psiquis de la persona que la sufre a veces en silencio.

Destruir la autoestima de una persona sistemáticamente mediante críticas ácidas, desprecios, abandono o insultos; también son formas de violencia. No cabe duda de que a veces los golpes al espíritu son mucho más dañinos que los golpes al cuerpo y dejan heridas más profundas e incurables. Las víctimas de este tipo de violencia por lo general continúan sufriendo calladamente y por eso no reciben la ayuda que tanto necesitan.

Una persona golpeada en su cuerpo puede mostrar las heridas y recibir ayuda. Sin embargo, la que es golpeada sistemáticamente en su psiquis, en su espíritu, no tiene heridas físicas que mostrar al mundo para poder pedir ayuda. Como este tipo de abuso o violencia doméstica ocurre casi siempre en la privacidad del hogar, por lo general pasa desapercibido, a veces durante muchos años. Por añadidura, casi siempre la violencia verbal o psicológica precede a la física.

Se ejerce violencia física, moral y afectiva cuando a la mujer se le coacciona para que aborte (lo cual constituye violencia también contra una criatura inocente que no ha nacido), se le impone que utilice peligrosos anticonceptivos y abortivos o se practique la dañina esterilización; todos estos también constituyen actos de violencia.

¿Por qué permanecen muchas mujeres en una relación abusiva?

Las víctimas del maltrato verbal muchas veces piensan que éste no es lo suficientemente grave como para tratar de hacer algo e impedirlo. Algunas temen que no les creerán si denuncian al abusador, pues a menudo éste goza de una buena imagen pública. Las que están siendo golpeadas tienen miedo a las represalias por parte del agresor ya que con frecuencia éste amenaza con matarla.

Otras temen enfrentar la vida a solas porque simplemente no tienen los medios para hacerlo. A veces alguien que la víctima respeta le dice que debe permanecer en esa relación abusiva "por el bien de sus hijos".

En el caso de la mujer del alcohólico o drogadicto, ella es una codependiente de su esposo o "compañero" y la codependencia es un desorden emocional que requiere tratamiento de un psicólogo o psiquiatra. Todas estas mujeres tienen en común una baja autoestima y una incapacidad para poner límites porque vienen arrastrando problemas emocionales desde su niñez. A menudo la raíz de la violencia doméstica tanto para las víctimas como para sus victimarios, es el vacío afectivo. O sea, la falta de amor y atención en su niñez.

En los hogares disfuncionales en los cuales un cónyuge maltrata al otro, es común el maltrato a los niños. Constituye violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también gritarles, menospreciarlos, castigarlos excesivamente o negarles la atención, la aceptación y el amor que son tan imprescindibles para su desarrollo emocional y social. También es un acto de violencia en el caso de los padres divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge delante de los hijos o utilizarlos para hacerle daño al otro.

Lamentablemente, cuando una mujer está siendo víctima de cualquier tipo de violencia por parte de su esposo o "compañero", está tan enfrascada en defenderse que a menudo no puede darse cuenta del daño que también están sufriendo sus hijos. A veces permite hasta los maltratos físicos o verbales a éstos por parte del padre o padrastro, porque se siente incapaz de detenerlos ni siquiera en lo que respecta a sí misma.

Los casos de violencia doméstica o intrafamiliar abundan. Es algo que puede sucederle y en verdad a veces les sucede a personas que se consideran religiosas, porque se trata de una enfermedad psicológica que debe ser tratada con terapeutas especializados.

Todos los que están involucrados en la violencia, quiero decir los que la practican y quienes la sufren en silencio, a veces por tiempo indefinido; están enfermos y necesitan ayuda ¡Hay que actuar de inmediato! Al primer asomo hay que buscar la ayuda de los profesionales, pues la violencia intrafamiliar es tan adictiva como cualquier droga.

Hasta que no se conozcan los hechos, ninguno de ellos recibirá esa ayuda terapéutica. No se les hace ningún favor a los miembros de una familia que está en estas circunstancias al ayudarle a sufrir y a mantener este horrible secreto. Se les debe motivar a obtener ayuda de un sacerdote o pastor y/o un psicólogo.

El continuar permitiendo este tipo de abuso tiene graves consecuencias sobre todo para los niños, muchas de las cuales sólo se manifestarán pasados muchos años. Por lo general los niños se convierten en victimarios y las niñas en víctimas igual que su mamá. Los niños que crecen en hogares violentos tienen una gran probabilidad de ser criminales en el futuro.

Muchas mujeres han intentado de diversas maneras evitar las situaciones de violencia, ya sea modificando conductas propias, a través de separaciones temporales, recurriendo a distintos profesionales e inclusive a los sistemas de seguridad y justicia, sin lograr cambios. Sumemos la presión social fundada en mitos como "algo habrá hecho", "la mujer buena tiene que sacrificarse por la familia", "los celos son una manifestación de amor" y tendremos a una mujer muy confundida, convencida de que nada de lo que haga podrá modificar la situación.

Recuerde que la violencia familiar es un proceso cíclico y que, a medida que pasa el tiempo, los ciclos de tranquilidad se reducen en duración, en tanto los episodios van aumentando en intensidad y frecuencia. La duración de este ciclo, que pocas veces es percibido por la víctima, es un indicador valioso.

También es importante tener en cuenta factores circunstanciales o permanentes, que tiendan a aumentar los niveles de stress del abusador y/o a reducir sus umbrales de inhibición (falta de trabajo, problemas de adicción, salud, etc.)

Finalmente, MUJER tu vales mucho y eres el equilibrio familiar en tu preparación radica la importancia en la sociedad, date una oportunidad que lo demás cae por su propio peso.


New York, NY

lunes, enero 14, 2008

Después de los 50…hay vida para la mujer

Nota del editor:
Ana y en que idioma es esta puyita ¿Y que fue lo que te picó?
Dedicado a Darío Abreu y otros ancianos machistas y sus vecinos metrosexuales

Por Ana Pereyra -CDP-NY-

Aunque no soy asidua espectadora de las telenovelas, debo confesar que me ha llamado la atención la que esta presentando Telemundo, donde exhiben a la mujer que ha llegado o esta próxima a los 50, que la vida ha terminado, que no tiene derecho a nada, y que su “misión es cuidar sus hijos, su casa y resignarse al abandono del esposo infiel. Cuan equivocados están o esta el que escribió la terna.

Estoy totalmente en desacuerdo con el argumento de Victoria, así se llama la telenovela, que no es más que una versión actualizada de otro culebrón llamado “ “Perfume con Aroma de Mujer”, de origen colombiano; le recriminan todo el tiempo a la “pobre” de Victoria que con sus 49 y pico no pueda salir ni hablar con quien desee, ni mucho menos tener la osadía de rehacer su vida con otro hombre, si es divorciada o abandonada y si este es más joven que ella, el atrevimiento, se convierte en una pesadilla familiar, social y hasta profesional en ocasiones.

El personaje encarnado por la actriz Mexicana Victoria Ruffo, tiene que aguantar que el marido “privando” en “viejoven” la cambie por una que podría ser su hija, situación que sucede a diario, ella sin embargo; no tiene derecho a seguir viviendo y ser una persona pensante y útil a la sociedad. No hay derecho a semejante abuso.

Después de los 50, si hay vida, tal vez lo unico que no podrían es embarazarse, y no es el caso, muchas han “parido” mas allá de los 60 años.

Son muchas las femeninas que picando los 50 y después de ser “cambiadas” por su compañero de años, han renacido como el Ave Fénix, y han ocupado un sitial dentro de la sociedad.

También se ha dado el caso de mujeres que al llegar a las bodas de oro de sus vidas y con el respaldo de sus compañeros se han destacado en el campo de la política, comunicación, arte, educación, tecnología, ciencia y hasta en la moderna astronáutica, entre otras profesiones y especialidades.

Solo mencionare tres de ellas, que en estos momentos están en la palestra pública por sus destacadas participaciones en la política en sus respectivos países, como es el caso de la senadora y precandidata por el partido demócrata Hillary Clinton, las presidentas de Chile y Argentina Michelle Bachellet y Cristina Fernández, respectivamente.

La lista de cincuentonas podría ser larga, pero a muchas “muchachas” no les gusta reveler sus verdaderos años para evitar frases como “a tu edad hacer esto o aquello”, ’’no quieras competir con tus hijas”,”te has visto en el espejo”, “los años no pasan en vano”,”cuídate después de los 50 las libras que coges, son difíciles de rebajar” y otros calificativos que descalifican a la mujer cuando llega a su medio siglo.

La sociedad las discrimina y las recriminan tanto que desde que el llamado sexo débil pisa el umbral de la cuarta década inicia una carrera loca contra el reloj y busca, claro que si tiene los recursos, la ayuda de un especialista y llena el tocador de diferentes cremas, que nunca usa, solo para evitar que la encasillen.

Creo firmemente que la mujer después de los 50 renace, se revitaliza, y se hace acompañar de la experiencia que dan los años, para no solo organizar su vida sino “arreglarle” la vida a todo aquello que esté en su contorno.

Tengo conocimiento de causa, para expresarlo, Ya cumplí 50 más uno, y el llegar a estos años, no solo me ha llenado de satisfacción, experiencia y conocimiento, también he aprendido a conocer de Dios, sin ser religiosa, a crecer como persona, y en lo profesional a desarrollarme en área donde nunca pensé llegar. Todo lo logre camino a los 50…!donde si de verdad que hay vida!
Se descubren otros amaneceres. La vida a los 50 es como el paraíso en la tierra, hasta el amor reverdece, sentirlo, hacerlo, vivirlo, darlo y recibirlo es totalmente diferente, por todo lo expuesto se que después de los 50…HAY VIDA…! Y MUCHA !