Entre las ofertas figuran juego de muebles y comedor, espaldares de camas, vineras y porta tasas, así como espejos y cuadros decorativos, sonajeros, manualidades y una gama variada de bisuterías
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Violeta Torres es una de las mujeres que ha salido de la cocina para dedicarse con éxito a la ebanistería.
SANTO DOMINGO.- Desde lavar y planchar hasta vender hojas y pociones para la suerte ñcuando no conocía de Dios- Mayra Carrera había realizado incontables oficios para ganarse el sustento de su familia.
En medio de esos afanes, soñaba con tener una casa linda, que imaginó sólo podía lograr la gente adinerada. “Vivía ansiosa por una casa bien amueblada, ahora ni las sillas me paran, enseguida encuentran otro dueño”, refiere Carrera.
Hoy, ella forma parte de un grupo de 150 mujeres que desafiando las objeciones de sus esposos, hijos y vecinos, que se quejaban del ruido, polvo y los penetrantes olores que genera la ebanistería, tapicería y la artesasía, se han “empantalonado” y encontraron en estos oficios reservados para hombres, la tarea que les da sentido a sus vidas.
Además de lograr cada una talleres particulares, algunos ubicados hasta en la habitación de un apartamento en un cuarto nivel, como es el caso de Violeta Torres en Villa Juana, han creado el Centro de Productos y Servicios “Metas” (Mujeres ebanistas, tapiceras, artesanas, solidarias) para ofertar hoy sus mercancías en el sector Los Mina.
El incentivoPor distintas vías, incluida una promoción en la televisión, se motivaron a formar parte del Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer (CE-MUJER), e iniciaron un nuevo estilo de vida más productivo, que aparte de satisfacer su ego personal, las ayudó a ser autosufientes.
Evelyn Guillermo cuenta que tiene tres hijos, un estudiante de ingeniería en sistema, uno mecánico automotriz y otro bachiller, mientras su esposo Manuel Peguero trabaja como encargado de transporte de una empresa.
Logró terminar el bachillerato y siempre se limitó a ser ama de casa, hasta que decidió involucrarse en la ebanistería mediante uno de los cursos que impartía el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep).
Esta tarea inicialmente la obligaba a cubrir con cuatro sábanas mojadas la cocina de su casa para trabajar la madera y así evitar que el polvo llegara cerca de su esposo, quien detestaba el oficio de su cónyuge.
Logró un primer prestamo a través de Ce-Mujer, de unos cinco mil pesos para comprar herramientas que le permitieron adquirir un solar en el que estableció su taller y hace poco tomó un préstamo para la compra de una camioneta para tranportar los muebles que elabora.
“Cuando yo prendía la sierra, antes los vecinos me gritaban: Evelyn tú no nos dejas dormir por el ruido, ya gracias a Dios tengo mi espacio que no molesta tanto en Los Tres Brazos”, narra Evelyn, quien también recibió reproches de su madre porque temía que se cortara los dedos con la sierra.
Tanto ella como Viola Torres, Mayra Carrera e Ivelisse Casilla, exhortan a la nueva generación de mujeres que no se queden de brazos cruzados, que le den un giro a sus vidas, que de seguro encontrarán más adelante el apoyo deseado, sin esperar que otros les resuelvan económicamente.
La unión
Se han aglutinado en la Asociación de Mujeres Técnicas (Amutec) y en coordinación Ce-Mujer, entidad dirigida por Nelly Chalas y que les ha brindado apoyo, promueven sus productos en la tienda con local propio, ubicada en la calle Marcos Rosario esquina Juan Pablo Duarte, de Los Mina, donde establecerán además su almacen y taller de reparación.
“Yo trabajé por muchos años en instituciones públicas y cada vez que llegaba una nueva administración me preocupaba por los despidos que se daban. Opté por tapicería, decoración y comencé con la elaboración de carteras, cueros y correas”, narró Violeta Torres.
ORÍGENES
Ce-Mujer es una entidad sin fines de lucro que dirigen Nelly Chalas, directora; así como Josefina Sánchez y Sobeyda Morales, quienes vienen acompañando a unas 2,500 mujeres en diferentes disciplinas.
La entidad fundó en 1991 el Programa de Formación Técnica No Tradicional Evangelina Rodríguez, que ahora se llama Programa de Formacion Técnica y Empleo para mujeres Evangelina Rodríguez.
Para entonces no era frecuente que las mujeres estudiaran “oficios de hombres”. La directora fue la socióloga Graciela de la Cruz Bourdiez, quien le dio carácter práctico a la idea.
Se comenzó a operar en una casa en Los Mina Norte.
Empresas como el Grupo Ramos (La Sirena) brindaron mucho apoyo al facilitar las ferias anuales de estas mujeres en el parqueo del Multicentro de la Charles de Gaulle, como también la Asociación de Fabricantes de Muebles.
Metas es un centro que se constituye en una demostración del resultado positivo del esfuerzo de mujeres, que venciendo grandes obstáculos han asumido reencontrarse.
lunes, septiembre 03, 2007
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