Verónica Goyzueta
São Paulo
La brasileña Sylvia Coutinho administra más de US$ 90.000 millones y asegura que duerme muy tranquila. “Soy una persona feliz. Me gusta mucho esa adrenalina”, dice la directora ejecutiva de HSBC Bank Brasil desde febrero de 2005, Sylvia es CEO de Private Banking para la región y responsable de HSBC Investments Brasil, que incluye Asset Management, custodia nacional e internacional y un portal de inversiones.
Bajo su gestión, HSBC Investments Brasil obtuvo el AM1br de gestores de recursos, mayor grado de inversión de la agencia de clasificación inglesa Fitch Ratings, por la sinergia e interconexión del banco entre el área global de gestión de recursos y sus operaciones en Brasil. “Esta sinergia se traduce en la utilización de prácticas y procesos de gestión, controles de riesgo y compliance bien formalizados y consistentes”, dice el análisis de Renato Aguiar y Maria Rita Gonçalves, de Fitch Ratings, en Rio de Janeiro, que elogian el crecimiento sustentado del área en Brasil.
País estrella
Entre las acciones destacadas de esta ejecutiva de 45 años está la reestructuración del equipo en un mercado disputado en Brasil. Son logros suyos también algunos avances en rankings. Hoy el banco ocupa el segundo lugar en el área de custodia después del Citibank, y en dos años pasó del sexto al tercer lugar en la de private, considerada estratégica para el banco, que tiene un fondo especializado en Brasil.
Como una prueba de la importancia del negocio, el presidente mundial de private banking del banco, Christopher Meares, viajó a Brasil en su primera gira después de asumir el cargo, en noviembre de 2006. Meares resaltó la importancia de América Latina, que responde por 10% del negocio mundial de private banking (US$ 408.000 millones en total). Meares destacó a Brasil como uno de los principales destinos en la estrategia del banco. “Tenemos un fondo BRIC [Brasil, Rusia, India y China], que se volvió muy popular entre los private”, dice.
“Ella está en una posición estratégica, en un puesto que exige ejecutivos de alto nivel de conocimiento, de excelencia en gestión financiera”, dice Marcel Artoni de Marco, analista bancario del Instituto de Enseñanza e Investigación en Administración (INEPAD), de Ribeirão Preto.
Pero la ejecutiva no está sólo preocupada de los resultados. Presidente del Comité de Diversidad, quiere aumentar el número de mujeres en cargos altos. “De cada 300 CEO, hay cinco o seis mujeres”, calcula. El comité fomenta la movilidad geográfica con potencial de ascensión, con servicios de outsourcing para recolocar a su pareja en el lugar de transferencia, política independiente del género del empleado.
“Para ascender es necesario tener movilidad”, dice Sylvia, que trabajó dos años en Los Angeles y ocho en Nueva York para Citigroup. Reconoce que su carrera no habría despuntado sin la comprensión de su marido, Bernard Costilhes, quien optó por estudiar, buscar trabajo en los lugares a los que ella era transferida, y cuidar a los hijos, que hoy tienen 14 y 18 años.
Él renunció al banco en que trabajaba en São Paulo cuando percibió que Sylvia tenía un foco más firme en su carrera. Consciente de que la mayoría de las mujeres no tiene una pareja comprensiva, Sylvia quiere aumentar las ejecutivas. “Diversidad trae valor, trae creatividad”, afirma. ¡Viva la diferencia!
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