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Continuará con el siguiente tema:
Evidentemente, Fray Luis de León no se desmarcaba del sentir masculino de su época cuando dice que «...la Naturaleza no las hizo para el estudio de las ciencias, ni para los negocios de dificultades, sino para un solo oficio simple y doméstico: así las limitó el entendimiento y, por consiguiente, les tasó las palabras y razones»; o en otro lugar, porque como la mujer sea de su natural flaca y deleznable más que ningún otro animal»-. Santo Tomás estaba absolutamente convencido de la inferioridad femenina, de su «estado de sumisión», e incluso de que «la imagen de Dios se encuentra en el hombre de forma que no se verifica en la mujer;...
Debí recoger algunas experiencias en mi consulta de hipnosis analítica y terapia familiar antes de esta serie, prometo que lo haré al final, doy paso a este trabajo a propósito de recién finalizado el mes contra la violencia de género, algo que no entiendo , pues de los doce meses del año es la ONU que dedica un mes a la educación en tal sentido, aún cuando tenemos un problema que se arrastra desde el inicio de la humanidad, que es evidente se trata de una cultura impuesta, en la que las religiones llevan la mayor responsabilidad. Todos los días debemos educar y concienciar sobre el trato a la mujer, porque cada minuto del año alguien en el mundo ejerce la violencia contra la mujer y el abuso no solo viene del marido, sino de todos; incluso ¡Oh ironía! De muchas mujeres, escribiré sobre esto (MI)
Por María José Arana, RSCJ Profesora de Teología V. R.
Comité ejecutivo del Fórum Ecuménico de Mujeres Cristianas de Europa
Este verano fui dos veces al concierto en Austria; es un plan muy socorrido; lo diferente estaba en las intérpretes y en los programas que se ofrecían en ambos. Desde el comienzo hasta el fin se interpretaban obras de mujeres compositoras, actuales y pasadas: Carlotta Ferrari (siglo XVII), Pauline Viardot-Garcia (XlX-XX), Nadja Boulanger (XIX-XX), Maria Felicia García (XIX), Johanna Doderer (siglo XX).., y parece --no estoy segura-- que también de Nannerl Mozart (Walburga).., y otras. Algunos de estos nombres nos suenan mucho más gracias a la gloria de los varones que tenían cercanos y a los cuales, sin ninguna duda, les «echaron más de una mano»... Seguro que el público no tuvo muchas ocasiones de escuchar sus partituras mientras ellas vivían; menos aún después, y se ha ido amontonando sobre ellas el polvo, el silencio y el olvido.
También aproveché para visitar Salzburgo. El «tours» estaba organizado siguiendo los pasos y las huellas de Salomé, Nannerl, Constanza, Carolina Augusta y otras mujeres que allí vivieron... El programa «The best for ladies» ofrece todo tipo de alternativas, entre las que se incluyen colecciones de retratos, alguno «de» y la mayoría «a» mujeres, pintados en los siglos XVI-XlX; grabados, curiosidades musicales, artísticas e incluso comerciales en fin, existen también diversos itinerarios turísticos para contemplar sus casas, recomponer recuerdos y también --¿por qué no?-- asomarse a su vida íntima. La Oficina de Turismo local tiene ya instituida esta forma original de ver esta preciosa ciudad; es como contemplarla «a través de los ojos y la acción de las mujeres»; se respira un talante distinto y las gulas, realmente, consiguen revivir a muchas de ellas en la memoria colectiva; ¡se descubren cosas interesantísimas!
Un puñado de mujeres concienciadas de ese país se ha empeñado en recuperar arte y autoras y, muy modestamente, ya empiezan a «tomar la calle» Me gustaba comenzar este artículo con ellas, reconociendo su original trabajo, aunque, a decir verdad, son sólo un ejemplo más entre otras iniciativas.
Porque otras, en muchos lugares del Globo, hacen cosas parecidas, con fino ingenio y de mil formas distintas. Hay librerías de mujeres, emisoras privadas de radio, seminarios culturales de toda clase, despachos y bufetes, festivales y congresos que organizan las asociaciones de mujeres «en la Música», «en la Teología», «en la Agricultura,,, «en la Salud», o en cualquier ámbito... En muchísimos lugares cuentan con el apoyo oficial de los «Institutos de la Mujer»... y otros organismos y departamentos.
Rebuscan entre los cuadros, las poesías, las ciencias, la religión, la política...; desempolvan objetos Y hechos, reconstruyen vidas. Se ha comenzado una especie de «excavación» en la Historia, casi arqueológica, con el fin de encontrar mujeres, de extraer palabras y obras olvidadas en la fosa del tiempo, tiradas en los márgenes de la misma Historia. Los rincones son infinitos y a veces la hondonada profunda. Es un trabajo casi artesanal, lento y minucioso» hecho con amor; es una auténtica y palpitante excavación «»lectiva y solidaria ejercida desde todos los ámbitos posibles --los del saber y los de la vida--, que propicia un encuentro real con aquéllas que nos precedieron con la lucha, el amor, el arte, la música, la ciencia, la mística.., en la vida. Sabemos muy poco de ellas, muchas veces ni siquiera nos suenan sus nombres, y sin embargo queremos conocerlas. Estamos empeñadas en «recuperarlas», en entablar un diálogo con ellas y escucharlas, porque queremos establecer una relación, una cadena histórica, solidaria, construir el futuro desde y con las que nos precedieron, y..., por supuesto, ¡necesitamos aprender de ellas!. Es un trozo de Historia que nos pertenece.
La tarea es extensa y profunda; es sugerente, necesaria y a veces también resulta ardua; colorea el pasado, lo ilumina, incide en el presente y, prolongándose hacia lo que vendrá, diseña un futuro distinto, unas relaciones nuevas. Pero... ¿por qué resulta tan complicado hallarlas?...
ESCONDIDAS TRAS EL ANONIMATO Y LA INCOMPRENSIÓN
Continuemos con nuestras mujeres músicas.
No hace mucho compré cinta y libreto de los himnos y secuencias litúrgicas compuestas --letra y música-- por la medieval abadesa de Bigen, Hildergarda (siglo XII); una preciosidad», es cierto, pero también es, casi, una auténtica excepción, porque, ciertamente, si algo resulta difícil en esta búsqueda es precisamente tropezar con las partituras femeninas. Y es que someterse al juicio masculino bajo el nombre de una mujer era algo, ya sin más, abocado al fracaso; por eso, parece que la mayoría de las mujeres músicas o no se animaban a componer o bien no firmaban sus obras y las dejaban en el anonimato; pero también se daba el caso de que las publicasen amparadas bajo la firma de algún varón, por ejemplo, la del padre, marido, hermano (2), y así sus nombres han desaparecido para siempre.
Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que la brillante obra del compositor Gustavo Mahler se hizo posible, en su mayoría, gracias a la valiosa colaboración de su esposa, también compositora, la vienesa Alma María Mahler (siglos XIX-XX)
Además, seguro que el caso de Nannerl Mozart (siglos XVIII-XIX) (Walburga) no fue un hecho aislado en la Historia. Ella también destacó como niña prodigio, y quizá no debía de tener menos cualidades artísticas que su célebre hermano. A él lo educaron y lo prepararon para que triunfara; ella, en la injusta desproporción, casi se vuelve loca... Al final sólo Wolfgang Amadeus logró dar a conocer sus dotes y hoy únicamente conocemos el genio masculino.... Clara Wieck (siglo XIX) fue compositora y, al parecer, buena, pero la boda con el compositor Roberto Schumann truncó su fama y su carrera y ya no se le permitió sino interpretar al piano... Pero seguro que sus conocimientos musicales «ayudaron» al compositor.
También hubo alguna monja que, como Hildegarda, compuso motetes religiosos. Conocemos el nombre de la Madre Gracia Bautista (siglo XVI) que aparece citada junto a grandes personalidades de la música sacra española del Renacimiento, pero de ella solamente se conserva una pieza... Esto ha dado pie a algunas para pensar que fueron más las que compusieron en los conventos, pero aún falta una investigación detallada. Conocer historias concretas ayuda a iluminar las anónimas...
Pero todo esto ocurre también con los cuadros y otras creaciones artísticas.
No es fácil tampoco hallar lienzos firmados por mujeres. Encontramos algunos, siempre excepciones. Por ejemplo, ya Plinio el Viejo (? 79 d.C.) reseñó seis mujeres artistas del mundo clásico, las nombra, pero ni conocemos su vida y menos aún sus obras. La pintora castellana del siglo XIV Teresa Díaz firmo sus telas, al igual que la «Pintrix et Del aiutrix» (Pintora y ayudadora de Dios), bella expresión con la que se autodenominaba la miniaturista catalana y monja Ende (s. X). También contamos con las enigmáticas y sugestivas ilustraciones en los libros de la polifacética abadesa Hildergarda de Bigen...
Laviana Fontana (siglo XVI) pintó numerosos cuadros y también realizó algo para El Escorial; tuvo fama, pero además, problemas a causa de su condición femenina. Margarita Van Eyck (siglos XlV-XV) trabajó para sus célebres hermanos. Artemisia Gentileschi (siglo XVII) fue una pintora importante y muy reconocida en su momento, pero después quedó encerrada en el taller y en la sombra de su padre Orazio, al que está claro que prestó «colaboración» e ingenio. Luego se casó y pintó maravillas comparables a las de los grandes maestros... ¿Dónde quedó su fama? Elisabetta Siri (siglo XVII) ha dejado unos cuadros, hoy casi todos poco conocidos pero preciosos, a pesar de su muerte prematura y de haber tenido que soportar, como otras, la tutela de los varones de la familia; ha quedado en la «letra pequeña» de los libros, a veces invisible, cuando no displicentemente definida como una mas entre los insignificantes discípulos de Gûido Reni. En el siglo XIX se descubrió que muchos cuadros mundialmente conocidos y atribuidos a Frans Hals, en realidad pertenecían a Judith Leyster (siglos XVI-XVII) ella trabajó en su taller, pintó, pero su monograma había sido alterado. Hubo muchas más, y a veces incluso° cotizadas; ahora comienzan las exposiciones monográficas sobre mujeres y estudios; :on los trabajos de recuperaciôn desempolvando el Olvido y «los errores»...
Pero a mí siempre me ha llamado especialmente la atención el Tintoretto (siglo XVII) porque sitúa a las mujeres en la «Ultima Cena» --por supuesto sirviendo en alegre desenfado---, 'porque su «Adúltera» ante Jesús acarreando a un paralítico tiene una especial fuerza y orgullo, porque muchas veces tiene detalles poco comunes... Cuando me he enterado de la historia de su hija Marietta Robusti (siglo XVII), me he aclarado perfectamente de dónde procede mi entusiasmo y su sensibilidad. Es esta una vida muy ilustrativa de la realidad y tragedia de muchos talentos femeninos...
Jacques Louis David (siglos XVIII-XlX), pintor de cámara de Napo-león, fue uno de los escasos artistas que se preocupó de hacer escuela con mujeres y de formar artistas, ¡sin ánimo de «utilizarlas»!
Las ha habido literalmente «borradas» de la Historia, como por ejemplo la reina de Egipto Hatshepsut (siglo XVI a.C.), que aparecía siempre vestida de varón --seguramente para hacerse respetar-- y a la que su hijastro Tutmés III eliminó de la lista de los Faraones cuando subió al trono. Angélica Kauffmann y Mary Moser (siglo XVllI) fueron dos grandes pintoras y tan bien consideradas en Inglaterra, que tuvieron el honor de formar parte de los miembros fundadores de la Royal Academy; sin embargo, ninguna de las dos aparecieron en el cuadro que inmortalizaba a los miembros fundadores de tal Institución; Johann Zoffany prescindió de ellas al pintar su lienzo (15) Olivia SABUCO DE NANTES BARRERA (siglo XVI) escribió un libro de Medicina y Filosofía, La Nueva Filosofía de la Naturaleza del Hombre; fue un gran éxito, pero su padre, bajo amenazas, le reclamó para sí mismo la autoría de la obra. Todos estos «recuerdos», más que elementos para la amargura, pueden y deben ser datos y pistas que nos ayuden a rebuscar en la Historia.
Porque aunque hayan existido otras muchas que se atrevieron a dejarnos su nombre impreso en lienzos y papeles, sin embargo, esto no fue lo corriente. Ante los innumerables anónimos expuestos en los museos me he preguntado siempre, evidentemente con muy pocas respuestas, si buena parte de ellos no podrían corresponder a mujeres. Hoy la investigación comenzada empieza a confirmar mi intuición primera.
A veces es el mismo tema el que me impulsa a pensar así. Por ejemplo, existe una pintura que representa a María Magdalena predicando desde el púlpito a las gentes --varones incluidos-- que le escuchan en la iglesia de Aix; data del siglo xvi y corresponde a un anónimo de la escuela suiza. ¿No parecería lógico que fuera una mujer la que, en una especie de travesura, se escondiera tras el anonimato para mostrar un hecho insólito y condenable en su época? Porque no solamente la mayoría de los varones preferían, como Bernardino de Siena, que «toda mujer predicara únicamente desde el silencio, sino que, en contra de lo que fue al principio, se habían ido acumulando leyes y censuras para evitarles tal ministerio, y, como dice el Concilio de Toledo (siglo XVl), que «las mujeres, aunque sean 'muy doctas, no enseñen a los hombres». Y por otra parte, siendo "de ellas el encerrarse y encubrirse" .... ¿no podríamos suponer que la timidez, el miedo, las circunstancias o la «natural honestidad de su sexo» impulsara a muchas a exhibir sus obras contemplando, con expectación y desde el anonimato, las reacciones masculinas?
Y es que seguro que Gregorio, el fraile medieval de aquella novela, no ha sido el único en considerar que aquello «no estaba tan mal para ser mujer» la que lo había hecho. Ante los cuadros de Susana Horenbout (siglo XV), también Durero se había admirado de que «una mujer pudiera hacer tales cosas», y por cierto, le compró uno. El impresionista Degas exclamó algo semejante ante las obras de Mary Cassatu «¡No puedo admitir que una mujer dibuje tan bien!»...
Cecilia BOHL DE FABER (siglo XlX) se escondía bajo el pseudónimo de «Fernán Caballero», quizá para mantener así alejada su obra de la «sospechosa» procedencia femenina. Detrás de «George Sand» no encontramos ningún hombre, sino que Aurora DURPIN (siglo XIX), vestida también como varón, firmaba así sus escritos, no siempre exentos de la amargura procedente de frustrantes experiencias amorosas. Mary Anne EVANS (siglo XIX) ha pasado, con gloria, a la historia literaria bajo el pseudónimo de «George Eliot».... La filósofa francesa Gabrielle SUCHON (XVII) firmaba con el nombre de G. S. Aristophile y escribió un tratado de la moral y la política. Y así otras.
De algunas nunca conoceremos su verdadero nombre. Muchos anónimos jamás recuperarán su verdadero rostro. Otras nunca tuvieron oportunidades: ¿qué sabemos de Judith, hermana de SHAKESPEARE; parece que ella también tenía dotes de literata. Otras quedaron escondidas de mil modos, entre el polvo de los rincones históricos... Es verdad, una inconfesable inseguridad ha paralizado a muchas o, también, les ha impulsado a ampararse tras más aceptables máscaras y atuendos.
Sabemos que muchas tuvieron que utilizar los vestidos masculinos, bien para protegerse y defenderse, bien para poder realizar hazañas destinadas a los héroes y a los santos o incluso para encubrir pecados... Juana de Arco (siglo xv), la vasca Catalina de Erauso, «La Monja Alférez» (XVII); Antoinette Bourignon (siglo XVI)... Son solo algunos ejemplos más conocidos de una larga lista. En China fue muy popular Mu-Lan (siglo XVI), la muchacha que durante doce años sustituyó a su padre en el ejército. Las hay también disfrazadas de piratas, de estudiantes, de clérigos, de amantes, de ermitaños o/y también, simplemente fugadas, por amor o por odio, con trajes de hombre. Algunas se colaron en la Universidad --prohibida para ellas-- en tales capas; otras navegaron o lucharon... En fin, también se santificaron; por ejemplo, las «madres del desierto» a menudo pasaban por «padres del desierto», envueltas en sus atuendos de monjes, y solamente después de su muerte --¡al amortajarlas!-- descubrían su verdadero sexo. La verdad es que hubieran estado expuestas a toda clase de atropellos en lugares tan remotos y desprotegidos...
Algunas fueron descubiertas, varias se hicieron célebres después de pasar por innumerables condenas y vituperios, pero la mayoría habrán quedado ocultas, anónimas para siempre, tras sus disfraces y parapetos. Aunque también es verdad que la amnesia histórica puede y suele ser selectiva y sexista...
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