domingo, mayo 25, 2008

Padres por qué no me creyeron


Por Ana Pereira CDP-NJ

Se establece que niños y borrachos hablan siempre la verdad, los primeros, porque su inocencia y transparencia, no les permite engaños y los segundos, porque el alcohol los inhibe y les da valor para decir cosas, que sobrio no podrían.

Iniciamos este trabajo apelando a los refranes populares, para narrar una historia, que aunque sucedió hace aproximadamente 30 años, hoy día ocupa grandes titulares periodísticos, con casos similares, que hacen que sus protagonistas, revivan el infierno que muchos tuvieron de padecer.

Nos referimos a los abusos y vejaciones cometidos por sacerdotes contra niños inocentes; los que en su momento hablaron con sus padres y estos no dieron credibilidad a lo narrado por sus vástagos, lo que provocó que muchos callaran y esos crímenes quedaran encubiertos.

El caso de Maria, de hace unos años, es igual al que viven una inmensidad de muchachos hoy en día, nació y creció en un ambiente religioso, donde sus hermanas hicieron su primera comunión y sus hermanos fueron monaguillos (los que ayudan a los sacerdotes a preparar la misa) y todo transcurrió en medio de la impunidad que da la sotana.

A María la conocemos de toda la vida, pero de ella siempre nos llamó la atención, de que creciendo en un hogar cristiano, nunca se preparó para la primera comunión y que después de adulta, se refiriera a la iglesia y a los sacerdotes de manera agresiva, usando palabras impublicables.

Confieso que particularmente yo, siempre tuve una espinita y me preguntaba cuáles motivos tendría ella para rechazar la religión y a los curas; debieron pasar 30 años, para que se corriera el velo y nos dejara pegados a nuestros asientos, relatando su propia historia vivida en plena niñez.

Ella es la mas pequeña de sus hermanos y soñaba con vestirse de blanco y hacer su primera comunión el 24 de mayo día de la Virgen Maria, pero sus anhelos fueron aniquilados por un representante de Dios en la tierra, un "sacerdote".

“Entusiasmada fui a mi catecismo (preparación religiosa para realizar la comunión) y cuando terminamos, el sacerdote nos puso en filas a tres niñas, me sentó en sus piernas y me acarició los senos, por un momento quede entre apesadumbrada y confundida, medio desconcertada salté y Salí corriendo.

Llegue a la casa con el Corazón en la boca, le conté todo a mi madre, buscando su refugio, pero ella no me creyó. Eso mi angustia aumentó, y sólo me preguntaba, qué pasara el próximo sábado, cuando tenga que ir al catecismo?

Llegó el sábado y se repitió la misma historia, nos puso en fila y me sentó de nuevo entre sus piernas , pero en esta ocasión me sentí perdida, aturdida y no tenía en quién confiar, mi mamá pensaba que era atea y no quería prepararme para mi primera comunión.

Tenía mucho miedo, me sentí impotente, qué hacer a los nueve años, cuando el representante de Dios te acaricia los senos y tu madre no te crees? si me viola, menos credibilidad voy a tener, estos pensamientos cruzaban por mi mente atormentada, mientras caminaba hacia mi casa y las lagrimas bañaban mi rostro, pero mi mayor preocupación fue sentirme desamparada, sin tener a nadie en quien pudiera confiar y que investigara mi inocente denuncia, pues mi progenitora por vivir vendada con la religión y apegada a su fe Cristiana, no me creyó.

Opté por no volver más a la iglesia y olvidarme de la primera comunión, por eso cuando escucho en las noticias, crímenes como el mío, pienso en lo importante que es la comunicación entre padres e hijos.

Se impone que los padres escuchen y crean en los hijos, que los apoyen, que investiguen cuánto dicen, creo que tuve suerte, en mi caso nada mas fueron unas caricias, pero cuántos niños han sido victimas de violaciones por parte de sacerdotes y estas vejaciones han quedado bajo el manto de la impunidad?

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