jueves, abril 19, 2007

Dieta para hipertensas

De Mujer al día, España
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Los especialistas en nutrición y los estudios científicos lo dejan muy claro: una alimentación equilibrada es un factor clave para prevenir las enfermedades crónicas más frecuentes de nuestra sociedad. Sí, pero ¿cómo nos debemos alimentar una vez que el trastorno ya ha sido diagnosticado? Un dietista o un médico especializado en nutrición nos pueden confeccionar una dieta personalizada, sin necesidad de sufrir grandes privaciones ni comer siempre lo mismo. De hecho, toda la familia puede seguir sus recomendaciones. Combinando la dieta con algo de ejercicio físico y una actitud positiva ante la vida, la comida se puede convertir en un potente medicamento.

Hipertensión

¿Cómo influye la alimentación? La hipertensión arterial es un importante factor de riesgo cardiovascular. Por lo general, debe tomarse un tratamiento de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. Se debe controlar el consumo de sodio (sobre todo, la sal de mesa), mientras que el potasio de las frutas y las verduras es beneficioso para mantener la tensión a raya.

Alimentos recomendados: Hierbas aromáticas (como sustitutos de la sal). Carnes magras y pescado. Leche, queso fresco, yogur, nata, helados... Huevos, natillas y flan. Pan, harina, pasta y cereales sin sal. Frutas y verduras. Agua poco mineralizada.

Desaconsejados: Sal. Carnes y pescados salados o ahumados, charcutería y productos en conserva. Quesos curados y mantequilla salada. Patatas fritas y pastelería industrial. Verduras en conserva. Aceitunas y frutos secos salados. Agua mineral con gas. Alimentos precocinados.

Menú tipo (para una mujer adulta)

DESAYUNO: Zumo de naranja natural, dos rebanadas de pan sin sal con un poco de queso fresco.

MEDIA MAÑANA: Yogur desnatado con cuatro galletas

COMIDA: Parrillada de verduras, conejo o carnero a la brasa con papas asadas y piña natural.

MERIENDA: Una pera y una infusión.

CENA: Ensalada de pasta tricolor con vinagreta de frutas*, un huevo con pan integral. De postre, un yogur desnatado.

* Vinagreta de frutas: una cucharadita de zumo de frutas mezclado convinagre de módena, aceite de oliva virgen y miel al gusto.

La lectura me salvó de ser "una pandillera"

De Mujer Al Dia, España

Zoe Valdés, escritora
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Recién llegada de París, la escritora Zoé Valdés (La Habana, 1959), participa estos días en el ciclo Escritores en su tinta, en Molina del Segura (Murcia). La autora de Te di la vida entera, nacionalizada española desde 1997, es una defensora a ultranza de la lectura (y de sus poderes).

-¿Cuándo descubrió que la lectura le cambiaría la vida?

-En la niñez. Yo era una niña muy solitaria que, además, tenía asma en mi país con una humedad perenne y donde había muy pocas facilidades para curar esa enfermedad.

-¿Quién la condujo a los libros?

-Mi abuela, que era muy teatrera, una actriz de teatro de muy mala calidad. Tenía muchos libros, la mayoría de poesía. Ella siempre decía: Voy a declamar poesía al francés. Y lo que hacía era leer poesía escrita en francés. ¿No sabía ni papa de francés, pero lo leía... con un acento horrible! Era muy afrancesada y todo un personaje.

-¿Qué encontró en los libros?

-Un refugio, eran mi refugio espiritual y físico. Me sentaba en un rincón, en las losetas frías del cuarto en el que vivíamos todos, porque no había salón en mi casa, ni nada de eso: había un salón para todos, y punto. Tener la espalda pegada a la pared me aliviaba el asma, y los libros me hacían soñar. Siempre he vivido como en una especie de nebulosa onírica, porque viví siempre, desde muy niña y gracias a los libros, con un pie en la Tierra y otro en la Luna.

-¿Y no está dispuesta a bajarlo de allí?

-¿No, no! Me quedaré con un pie allí toda mi vida.

-Dice usted que la lectura le salvó de ser «una pandillera».

-Sí, porque yo vivía en una zona donde había muchas. De hecho, a mí me hubiera tocado pertenecer a la pandilla del Parque Habana. Yo me iba a la calle, como todos los niños, y recuerdo que mi abuela siempre insistía en que la acompañase a la biblioteca pública; y descubrí allí tantas historias, olían tan bien los libros...

-¿Cuál hubiese sido su futuro como pandillera?

-Pues... nos metíamos en los derrumbes y allí nos pasábamos la vida haciendo cualquier fechoría o cualquier cosa loca. Muchos se cayeron de las vigas que había en aquellos lugares y se mataron. Conocí a algunos de ellos. Qué mal.

-¿Le gustaba estudiar?

-En la escuela lo que enseñaban era todo muy elemental. Se aprobaba muy fácilmente, sólo tenías que tener muy claro que todo antes de Castro estaba muy mal, muy mal, y que después de llegar Castro todo estaba muy bien, muy bien. Así es que a mí siempre me gustó estudiar todos los mundos prohibidos.

-¿Qué encuentra en París para no irse de allí?

-Bueno, ya tengo un refugio aquí, en España, en el que estoy a partir de junio. Pero no quiero que nadie lo sepa... Para mí, París es una especie de cuartel general desde el que me puedo desplazar a todos lados. Yo llegué a París porque allí tenía algunos amigos. El señor Lara -el editor y creador de Planeta, José Manuel Lara-, que fue como un padre para mí, me dijo que en París yo le sacaría mucho más provecho a mi carrera literaria. Y así ha sido, no me puedo quejar.

-Y, ¿cómo se ve el mundo desde París?

-Desde el punto de vista humano, soy bastante optimista. Creo en el ser humano y veo cosas muy hermosas, muy poéticas y muy esperanzadoras en el mundo. Desde el punto de vista cultural, soy pesimista. Creo que la gente se ha anclado en la comodidad de Internet, una herramienta muy cómoda que se debería utilizar para acceder a la información más elemental, pero después habría que profundizar en las cosas a través de los libros. La superficialidad es muy terrible para la cultura.

-¿Y la violencia?

-El mundo siempre ha sido violento. Ahora, en muchos países los ciudadanos estamos más protegidos que nunca. Yo me fui de un país donde el tortazo te lo daban por todo. Hay muchas cosas que mejoran. Mi país, por ejemplo, cambiará muy rápidamente, estoy segura, en cuanto caiga toda esa gente que se tiene que caer ya de una vez.

-Y dejará de ser una exiliada.

-No, eso no. Me acuerdo de Ítaca, el poema de Kavafis, y sé que jamás se vuelve a la Ítaca que dejaste. Ya es como una marca de nacimiento. El exilio, cuando es obligado, conlleva un sufrimiento muy grande, y te acuerdas de tantas humillaciones, de tanto dolor.

-¿Ha cambiado usted mucho?

-No lo sé... Soy muy exigente conmigo misma, muchísimo. Tengo muchos miedos y muchas dudas. Si miro en mi interior, me encuentro con una duda enorme. A mí me estuvieron cuestionando siempre, y eso me provocó el deseo de ser mejor en todo, pero en primer lugar como ser humano. Y creo que esa exigencia tan alta ha sido positiva, porque de otra forma, a lo mejor me hubiera quedado instalada en el triunfo de Te doy la vida entera (novela finalista del premio Planeta) y no habría escrito las demás novelas. Además, he vivido de una manera muy sencilla y muy tranquila: estudiando, escribiendo y con mi familia.

-¿Usted cree, como Dulce María Loynaz, que «el amor tiene un solo precio que se paga pronto o tarde: la muerte?».

-Sí, la vida es nacimiento y muerte. El amor es el centro de la vida, y en ella está la muerte. Es así.

-Pues qué bien.

-Sí. Bienvenidas las heridas, las lágrimas y los desamores, sí, sí. Es que los hombres, sobre todo los hombres, quieren que todo sea divino, perfecto. Y no, no es así.

-¿Qué encuentra el lector en sus obras?

-No lo sé. Cuando leo alguna cosa mía, me da una vergüenza enorme; por ejemplo, pensando en cómo me he atrevido a tocar algunos temas. Cuando yo leo a otros autores, lo que busco es pasión, pasión y el gusto y la satisfacción que te da la lectura. Eso me gustaría provocar en los demás con mis novelas: pasión, gusto, satisfacción. No sé si lo consigo, pero me gustaría creer que sí.

miércoles, abril 11, 2007

Mueren 200 de cada 100 mil embarazadas

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Florentino Durán, Ricardo Santana

Del Listín Diario, Matutino Dominicano

LA ROMANA: Las reacciones provocadas por las cifras de adolescentes embarazadas en el país, sostienen que este problema tiene su origen en aspectos socio económicos y descuidos que van desde la falta de compromiso familiar, separación de los padres, falta de educación sexual y bombardeo de erotismo por los medios de comunicación.

El tema también tiene otros aspectos que amerita analizar y que implican fallecimientos, que según datos oficiales colocan la República Dominicana con la tasa más alta de 200 mujeres de cada cien mil.

El experto Leonardo Féliz sostiene que la falta de compromiso familiar es uno de los problemas que incide para el aumento de las adolescentes embarazadas; los hogares infuncionales, la falta de un sistema educativo que enfatice en la importancia de la salud sexual y reproductiva; así como crear mayor expectativa laboral a los jóvenes.

Un estudio del XVIII Congreso Latinoamericano de Obstetricia y Ginecología reveló que el país posee una de las tasas de mortalidad materna más altas de América Latina y el Caribe.

El indicador promedio era antes de 190 muertes de mujeres por cada cien mil niños, sin embargo los expertos recomiendan que también es necesario evitar el bombardeo excesivo de erotismo en los medios de comunicación, especialmente la televisión.

Féliz, quien ha realizado estudios fuera del país e impartido charlas sobre el tema, sostiene que a las jóvenes es necesario facilitarle mejor calidad de vida social y económica. El especialista, quien inauguró la Unidad de Atención Integral de Adolescentes de La Romana, dijo que a las jóvenes con edades entre 10 y 19 años hay que concientizarlas en las escuelas y el hogar.

Los hospitales de Santiago reciben más adolescentes
De un promedio de 661 partos que se registran cada mes en la maternidad del hospital regional José María Cabral y Báez de aquí, el 27 por ciento corresponde a adolescentes menores de 19 años, según datos ofrecidos por médicos especializados de esa unidad neonatal.

No obstante, la cifra en el hospital “Presidente Estrella Ureña” del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, de esta ciudad, es distinta a la del Cabral y Báez, pues en ese centro asistencial el número de adolescentes que dan a luz es muy mínima, de acuerdo a las estadísticas.

En lo que va de año, en la maternidad del Cabral y Báez se han hecho 1,983 partos y de esa cantidad 426 corresponden a menores de edad, según los datos. El director del departamento de Maternidad, José A. Gómez Quezada, dijo a LISTÍN DIARIO, que la cifra de adolescentes parturientas es significativo. El facultativo comunicó que 7,476 consultas de parturientas adultas que se ofrecen mensualmente en esa Maternidad, 3,438 van dirigidas a adolescentes, casi 80% del promedio.

De su lado, la directora del Programa de Salud Integral para Adolescentes Embarazadas del Hospital Cabral y Báez, Jovanny Rodríguez, indicó que en esa unidad se ofrecen entre 480 y 500 consultas cada mes a menores embarazadas. Dijo que un estudio reciente que se hizo al respecto, confirma el dato de que el 27% de las parturienta corresponden a menores de 19 años.

También dijo que un 23 por ciento de los abortos que ocurren son de adolescentes, lo que significa que también eso está en crecimiento significativo en ese segmento de la sociedad. Rodríguez sostiene que el objetivo del programa de Salud Integral para Adolescentes Embarazadas es ofrecerles orientación y darles apoyo emocional a esas jóvenes.

También que tratan de reintegrar a esas adolescentes a las actividades productivas y a sus estudios. “Les gestionamos ayudas y las protegemos de que no las expulsen de la escuela y el colegio, a veces vienen llorando porque les prohibieron que vuelvan a los centros educativos porque han salido embarazadas”, dijo.

Dos mil adolescentes dan a luz en dos hospitales en tres meses

Cada dí­a los programas de adolescentes que funcionan en los hospitales públicos Nuestra Señora de La Altagracia, en el Distrito Nacional, y San Lorenzo de Los Mina, en el municipio Santo Domingo Este, reciben cientos de jovencitas embarazadas entre los 12 y 19 años
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EN 2006 NACIERON 22 NIÑOS DE MADRES DE 12 AÑOS EN LA MATERNIDAD LA ALTAGRACIA

Doris Pantaleón -

Del Listín Diario, Matutino Dominicano


SANTO DOMINGO.-
En el primer trimestre de este año unas 2,000 adolescentes con edades entre los 12 y 19 años dieron a luz solo en las maternidades Nuestra Señora de La Altagracia y el Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, mientras que el año pasado la cifra de madres adolescentes fue de 9,628 en ambos centros.

Durante el 2006, solo en la Maternidad La Altagracia nacieron 22 niños de embarazadas de 12 años de edad o menos, y en Los Mina, el grueso de embarazos es cada día más frecuente en jóvenes entre los 12 y 15 años. En ese centro actualmente tienen un caso de una niña de 11 años.

Entre las encargadas del programa de Adolescentes de este último centro asistencial existe gran preocupación, debido a que muchas de estas jóvenes presentan infecciones de transmisión sexual.

Solamente en el mes de marzo se recibieron seis casos de infectadas de sífilis, cuyas pruebas se repitieron nuevamente en otro centro para reconfirmar el diagnóstico y los resultados aún se esperan, mientras otras seis de las que se atienden en el programa tienen VIH/SIDA.

En ambos centros de maternidad, la atención a adolescentes embarazadas y que dan a luz ocupa el 29 por ciento de la atención general de embarazos y partos. De 20,607 nacimientos que se registraron el año pasado en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, 5,878 correspondieron a madres adolescentes.

En Los Mina de 13,035 nacidos vivos que registró el centro asistencial el año pasado, 3,750 correspondieron a adolescentes, según estadísticas facilitadas por el jefe del Servicio de Epidemiología del hospital, doctor José Sehuoerer.

En términos de consultas, en los primeros tres meses de este año en la Maternidad La Altagracia se recibieron 1,387 pacientes adolescentes embarazadas, solo en la tanda vespertina del programa de adolescentes. Mientras en Los Mina cada día ese servicio especial recibe entre 100 y 125 adolescentes embarazadas entre consulta y planificación.

El doctor Sócrates Peña Molina, médico ayudante del Programa de Adolescentes de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, reveló que el promedio de consulta diaria es de 40 pacientes, solamente en la tanda vespertina, y el número tiene tendencia a aumentar.

Dijo que el promedio de edad es entre los 16 a 17 años y que las embarazadas llegan al hospital de todos los barrios de la ciudad y de comunidades aledañas, como Yamasá y Villa Altagracia.

A su vez, la doctora Ruth Vásquez Mora y la licenciada Miledys Natera, quienes están a cargo del Programa de Adolescentes del Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, revelaron que el 29.3% de todas las pacientes que se atienden en el centro son adolescentes, por lo que en febrero pasado en el centro se realizaron 549 partos, 348 cesáreas, 290 legrados y una muerte materna en adolescentes, pero dentro del programa de Adolescentes, el servicio realizó 155 partos, 60 cesáreas, 35 legrados en las edades de 15 a 19 años; de 10 a 14 años, tres partos, cuatro cesáreas y un legrado.

En marzo fue de 532 partos, 403 cesáreas y 477 legrados, y dentro del programa se registraron 14 partos, siete cesáreas, ocho legrados, de 10 a 14 años, y de 15 a 19 años, se registraron 114 partos, 70 cesáreas y 60 legrados.

Manutención
En la mayoría de los casos la responsabilidad de manutención de los hijos de adolescentes recae sobre los padres de la muchacha. Las especialistas Ruth Vásquez y Miladys Natera aseguran que esa relación se da en el 90 por ciento de los casos, mientras otras dejan el infante en instituciones.

Aseguran que menos del dos por ciento son casadas, y en muchos casos los padres de las criaturas son muy adultos. En caso de padres adolescentes algunos se casan obligados por los progenitores o para evitar ir a prisión.

“Por lo general a la consulta viene la joven acompañada de su madre, cuando en el hospital no tenemos el medicamento que ella necesita, la madre se lo compra, y lo mismo ocurre cuando nace”, señaló Natera, coordinadora del Programa.

Aunque recuerda que también se dan muchos casos en que la familia no apoya a la adolescente, lo que obliga al hospital a asumir aún más sus responsabilidad. Los niños hijos de adolescentes son declarados por los padres con sus actas de nacimiento si ambos son menores.

Un embarazo temprano no sólo acarrea a las adolescentes problemas de salud física y mental, debido a que ni su organismo ni su madurez psicológica están preparados para convertirse en madres, sino también que les trunca su proyecto de vida.

La mayoría se ven obligadas a dejar los estudios, con una deserción escolar de cerca del 70%; son rechazadas por sus padres, y si son pobres su situación tiende a empeorar y vuelven a embarazarse hasta en tres oportunidades más.


Expulsan de escuelas públicas las adolescentes embarazadas

Las estadísticas ofrecidas por LISTÍN DIARIO en una serie de reportajes sobre las adolescentes embarazadas reflejan la magnitud del problema.
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Elías Ruiz Matuk, Bethania Apolinar, Gabriela Read, José Dicén y Tomás Aquino Díaz -

Del Listín Diario, Matutino Dominicano

FAMILIARES LAS RECHAZAN Y MUCHAS JOVENCITAS MUEREN POR CAUSA GESTACIÓN


SANTO DOMINGO.-Niñas embarazadas están siendo expulsadas de las escuelas, rechazadas por las familias y muchas de ellas mueren por causa de los embarazos, informó ayer la Procuradora de la Niñez, Adolescencia y Familia, Marisol Tobal. Consideró el caso “muy preocupante”, y a su juicio evidencia que el Estado carece de una política sobre esa problemática. “Estamos teniendo problemas porque estas jóvenes embarazadas están siendo expulsadas de las escuelas, cosa que prohíbe la Ley 136-03, y están siendo rechazadas por las familias”, expresó Tobal, quien fue entrevistada cuando asistía a un acto de reconocimiento al embajador saliente de Estados Unidos, Hans Hertell, en la Procuraduría General de la República.

Dijo que ya es tiempo de que las autoridades gubernamentales, mediante una política de Estado trazada para esos fines, tomen las medidas de lugar, porque también mueren muchas niñas a causa de los embarazos.

Mientras que el rector de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), Angel Hernández, llamó a las autoridades educativas a eliminar la discriminación que se da en el sistema educativo, como es la expulsión de las jóvenes embarazadas de los centros educativos diurnos, lo que a su juicio constituye una violación de los derechos humanos.

Recordó, en tal sentido, que en la resolución 2001/29 del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tal práctica es condenada. A seguidas explicó que en esta Resolución se pide a los Estados que “tomen todas las medidas adecuadas para suprimir los obstáculos que limitan el acceso a la educación, en especial de las niñas, incluidas las menores embarazadas, y de los niños que viven en zonas rurales”. Al referirse al incumplimiento del país con esta disposición, narró que recientemente un director de un colegio le comentó alarmado que en un politécnico de la capital fueron expulsadas durante este año escolar 58 jóvenes por estar embarazadas, lo cual refleja la magnitud de este fenómeno en la escuela dominicana.

Hernández indicó que curiosamente en las estadísticas oficiales de la matrícula escolar, la población escolar de origen extranjero no aparece registrada o lo está marginalmente.

Sin embargo, sostuvo que en sentido general se conoce que la migración haitiana en el país ronda el millón de personas dentro de los cuales existe una población en edad escolar que tiene limitaciones para ser admitida en la escuela. Un total de 325 embarazos en menores de edad, a razón de 108 por mes y casi cuatro por día, se han registrado en los primeros tres meses de este año sólo en dos hospitales, uno del sur y otro de la región norte, según las estadísticas obtenidas por LISTÍN DIARIO. Mientras que los registros de adolescentes embarazadas en las provincias del Este reflejan una tendencia en aumento, a tal punto que sólo en el hospital público de La Romana hubo en los tres primeros meses del año 220 menores de edad dieron a luz.

Defiende labor
El director de la Asociación Dominicana de Planificación Familiar (Adoplafam) defendió las labores de prevención de embarazos no deseados que realizan ésta y otras instituciones no gubernamentales entre la población juvenil. Ramón Portes Carrasco defendió las organizaciones que trabajan en el área de planificación familiar ante las consideraciones de monseñor Ramón Benito Ángeles, de que la promoción de los condones y anticonceptivos incentiva las relaciones sexuales prematuras entre los jóvenes.

“Respeto a esa posición de monseñor Benito Ángeles, pero dista mucho de la motivación del trabajo que hacemos las organizaciones que trabajamos en salud reproductiva, sobre todo las que estamos orientadas a la prevención, los que estamos preocupados y trabajamos convencidos de lo mejor que podemos hacer para intervenir en una situación tan preocupante desde el punto de vista de salud pública y social. El trabajo nuestro está basado en lo que demuestran los hechos científicos y sociales”, dijo Portes Carrasco.

El directivo explicó que las organizaciones como Adoplafam y Profamilia, entre otros, no promueven el uso de anticonceptivos entre los jóvenes, sino que “trabajan con los adolescentes desde el punto de vista de orientar y educar para que los jóvenes posterguen la primera relación sexual, y cuando salen embarazadas, tratar de que no se vuelvan a embarazar siendo adolescentes. No a que usen anticonceptivos”.

Portes Carrasco reconoció que las altas cifras de adolescentes embarazadas son causa de alarma entre las organizaciones que trabajan con ese sector y Salud Pública, debido a la alta mortalidad maternoinfantil que esto implica, al tiempo que consideró deben incentivarse los programas de educación integral.

Se mostró en desacuerdo con las opiniones de Benito Ángeles de que la impartición de estas clases en las escuelas estimulan una sexualidad licenciosa, al considerar que los jóvenes que se inician precozmente no participan de los programas de educación integral y se encuentran muy influenciados por el cine, la sociedad, y en ocasiones, las condiciones de pobreza en que viven.

Preocupa número casos hospitales Baní y San Juan
Peravia y San Juan de la Maguana son otras de las provincias sureñas donde el número de adolescentes embarazadas desborda la consulta de los hospitales públicos, causando alarma y preocupación entre las autoridades de salud.

En las consultas de los tres hospitales de Peravia se reportan 511 menores embarazadas, que oscilan entre 11 y 17 años de edad, solo en los meses de enero a febrero. También se registran 70 partos, de los cuales 56 fueron cesáreas, mientras otras 31 se practicaron abortos.

Una nota mucho más inquietante es el hecho de que entre estas menores embarazadas se registran casos positivos de VIH-Sida, que se presentan cada vez con mayor frecuencia. Según las estadísticas en 2006 hubo cuatro casos y en lo que va del 2007 ya se han detectado dos.

En el hospital Nuestra Señora de Regla de Baní, se han registrado 377 menores embarazadas entre enero y febrero, lo que tiene consternado al director de este centro asistencial, Rafael Soto Lorenzo, quien explica que el 70% se produce de forma no deseada, y que cuando llegan a las consultas en el 85% de los casos los hombres que embarazan estas niñas nunca aparecen, porque “en su gran mayoría son muchachos también”, dice con amargura.

Explica el doctor Soto Lorenzo, que estas niñas son pacientes de alto riesgo en más de un 90 por ciento, lo que se ve en el hecho de que el 55 por ciento de estos embarazos termina en cesárea, mientras que alrededor de un 60 por ciento culmina en abortos, que en la mayoría de los casos no llegan a la consulta del hospital.

La zona rural no escapa a esta situación ya que el hospital de Nizao ha reportado 96 adolescentes embarazadas entre los meses de enero y febrero, en tanto el de Villa Fundación en el mismo periodo tiene 38, que están entre las edades de 13 a 17 años.

Flor de los Santos, médico encargada de la coordinación de los Programas de Salud de la Provincia Peravia de Salud Pública, recurre a las estadísticas de los últimos tres años para revelar la agudeza del problema y explica que entre el 2003 y el 2006 se registraron en los centros públicos de la provincia 11 mil 121 casos de adolescentes embarazadas, lo que arroja un promedio de alrededor de 2 mil 200 por año, “situación extremadamente alarmante”, afirma preocupada.

En esta provincia, a 60 kilómetros de la Capital, en el 2003 hubo 2,548 menores en estado de gestación; 2,266, en el 2004; 3,127, en el 2005 y 3,080, en el 2006. Según las proyecciones el 2007 tendrá la misma tendencia.

En San Juan
En San Juan de la Maguana, el 28% de los partos y nacimientos registrados en los centros hospitalarios de la provincia fue de jóvenes adolecentes, según un informe suministrado por la Dirección Provincial de Salud que dirige el doctor Héctor Guerrero. De un total de mil 523 partos 415 fueron de adolescentes entre 14 y 19 años en los señalados meses.

En el hospital Doctor Alejandro Cabral, de San Juan, se realizaron 296 partos en adolescentes; en el Federico Aybar, de Las Matas de Farfán, 113; en el subcentro de Vallejuelo, 4; y en el subcentro de El Cercado 14, para un total de 415 partos y nacimientos.


lunes, abril 02, 2007

El espejo que muestra desigualdad

Una encuesta revela cómo se ven las mujeres a sí mismas. Un estudio indagó sobre la percepción de las mujeres en torno de su vida sexual y reproductiva, los derechos de género y la participación social y política. Los datos más relevantes.

De Página 12 y Revelión, Argentina

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"Cómo nos vemos las mujeres" es el nombre de una encuesta realizada a unas 1600 mujeres de las principales ciudades del país que intenta reflejar la percepción y la opinión de ellas mismas sobre un abanico de temas que atañen a su vida privada, social y política. El sondeo arrojó datos llamativos. El 58 por ciento de las entrevistadas no sabe que puede realizarse una mamografía en forma gratuita en hospitales públicos. Sólo cuatro de cada diez mujeres comparten (algunas) tareas domésticas con los hombres. Y el 61 por ciento asegura que es "muy frecuente" la violencia familiar en la que las mujeres son víctimas, aunque sólo cuatro de cada diez saben que existe una ley que les brinda herramientas para protegerse.

El relevamiento presentado ayer forma parte del programa de promoción de derechos y la equidad de género del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y fue llevado a cabo por el Estudio Prisma en marzo y abril de 2006. La muestra abarcó 1600 casos de entre 18 y 69 años, en el área metropolitana, Córdoba y Rosario.

La percepción de las mujeres encuestadas sobre la violencia familiar muestra el panorama de la situación. Entre los distintos tipos de agresión, las entrevistadas identificaron como "muy frecuente" la violencia ejercida por el marido contra la mujer (61 por ciento), la agresión de los jóvenes contra los ancianos (47 por ciento), la de los padres hacia los hijos (44 por ciento). Luego, sigue la violencia de la madre contra los hijos (26 por ciento) y la violencia de la mujer contra el marido (10 por ciento).

Cuando fueron consultados sobre a quién pedirían auxilio en caso de ser golpeadas por su pareja, casi el total del universo encuestado respondió que acudiría a la policía. "Es alarmante el números de mujeres que piensa que el único lugar adonde pueden acudir en caso de ser golpeadas es la comisaría. Precisamente, porque no es el espacio más adecuado, en tanto la policía no las contiene y a menudo las revictimiza", señala el informe presentado en el salón Arturo Illia, del Senado de la Nación.

El nivel de conocimiento sobre los derechos sexuales y reproductivos arrojó resultados dispares. Por un lado, cuatro de cada diez mujeres no saben que el sistema de salud público tiene la obligación de proveer PAP y mamografías gratuitas. "En los últimos dos años, el 30 por ciento de las mujeres que se hizo estos estudios ginecológicos pagó por el servicio", sostiene el informe. En cambio, el 72 por ciento de las mujeres sabe que los hospitales deben brindar información y asesoramiento en materia de anticoncepción y de distribuir los métodos en forma gratuita.

La proporción de mujeres que utiliza algún método de control natal es alta, aunque varía por ciudad: Rosario (72 por ciento), Gran Buenos Aires (63 por ciento) y Rosario (84 por ciento). La encuesta arroja que, pese a la difusión de la ley de salud sexual y reproductiva, continúan registrándose trabas para aquellas mujeres que quieren colocarse un DIU para evitar embarazados no deseados. Del 15 por ciento de las mujeres que solicitó que le colocasen este método, un poco más de la mitad de los casos logró cumplir su deseo y, en cambio, al 46 por ciento de las mujeres se lo negaron.

Las razones de esta negativa son las siguientes: el 35 por ciento fue por trabas propias del sistema de salud, entre los que se incluye la falta de DIU en el hospital o la excusa de que no se proveen gratuitamente. En un 39 por ciento por criterio médico, cuando el profesional no lo consideró adecuado.

La participación masculina en las tareas hogareñas "dista de ser equitativa, pero no es despreciable, especialmente en los hogares en los que la mujer trabaja jornada completa". La encuesta señala que en cuatro de cada diez casos el hombre interviene en alguna de las tareas del hogar. El hombre cuida a los niños en el 24 por ciento de los casos, los acompaña a la escuela (28 por ciento) o hace las compras (30 por ciento). Otras actividades como lavar, planchar y arreglar ropa o como cocinar siguen siendo actividades casi exclusivas de las mujeres. Sólo el 17 por ciento de los hombres se acerca al lavarropa y a la plancha y el 20 por ciento de los casos ingresa en la cocina para algo más que sacar la cerveza de la heladera.

Pese a estos números que indican cierto avance en la distribución de las actividades en la casa, casi la mitad de las mujeres que tenían un trabajo renumerado y ya no lo tienen se vieron obligadas a dejarlo por razones familiares. Según el relevamiento, 7 de cada 10 lo hicieron para cuidar a los hijos porque no tenían con quién dejarlos. "Esto da cuenta de la vulnerabilidad de las mujeres que trabajan fuera de casa y las dificultades para articular las tareas productivas con las reproductivas, llegando al extremo de tener que dejar a los niños solos por falta de infraestructura y servicios de cuidado."

Consultadas por su opinión sobre la despenalización del aborto, el 31 por ciento señaló que la práctica no debe ser delito, el 19 por ciento que debe seguir siendo un delito y el 47 por ciento, que debe ser despenalizado en algunos casos: cuando el embarazo resulte de una violación, que se sepa que el bebé tendrá una enfermedad incurable o una malformación grave, que la madre sienta que no se puede hacer cargo, sea porque ya tiene muchos hijos que atender o porque es menor o por razones económicas.

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El síndrome de Estocolmo doméstico en mujeres maltratadas

Andrés Montero Gómez
Mujeractual

De Revelión

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A pesar de que en la actualidad las cifras de incidencia en lo relativo a la violencia contra la mujer ejercida por esposos o compañeros sentimentales, o en el marco de relaciones afectivas de otro tipo, están ganando en publicidad progresivamente con respecto a épocas anteriores, lo cierto es que aún queda mucha realidad oculta por conocer.
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Al tiempo que varios son los factores que han contribuido a que los contornos del fenómeno se expongan a la luz pública denunciados por la mujer, diversos son también los elementos que ayudan a que el silencio de la víctima sea un obstáculo en la búsqueda de vías de solución para numerosos casos de violencia contra las mujeres. Entre estos últimos, entre los elementos que mantienen a la mujer en silencio sobre el maltrato que está sufriendo, se pueden contar diversos procesos paralizantes relacionados y generados por el miedo, la percepción de una ausencia de vías de escape o salida por parte de la víctima, y la carencia de recursos alternativos, sobre todo en el caso de mujeres con hijos que no vislumbran, por causas variadas, un apoyo externo viable.
Sin embargo, quienes trabajan buscando explicaciones y líneas de actuación para sofocar el fenómeno de la violencia y atajar sus consecuencias, conocen que en no pocas ocasiones mujeres a las que se supone una independencia personal o económica y una posibilidad de acceso a recursos continúan en relaciones donde sufren violencia. Estas mujeres, que desarrollan actividades que hacen pensar que no están sometidas a una parálisis o retracción por miedo y que incluso llegan a emprender con éxito iniciativas en varios ámbitos de sus vidas, parecen sin embargo incapaces de denunciar a sus agresores, con quienes siguen conviviendo, y mucho menos de abandonar la relación.
Por otra parte, este tipo de mujeres, de perfil social considerado más independiente, y aquellas otras de dependencia más ligada a un núcleo familiar del tipo que sea, comparten la reacción paradójica de desarrollar un vínculo afectivo todavía más fuerte con sus agresores, defendiendo sus razones, retirando denuncias policiales cuando han tenido un momento de lucidez y las han presentado, o deteniendo procesos judiciales en marcha al declarar a favor de sus agresores antes de que sean condenados. Estos efectos paradójicos se producen y quizás sea tiempo de ir buscando sus mecanismos y líneas de intervención.
Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos vínculos paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves afectivas o emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton y Painter (1981) han descrito un escenario en el que dos factores, el desequilibrio de poder y la intermitencia en el tratamiento bueno-malo, generan en la mujer maltratada el desarrollo de un lazo traumático que la une con el agresor a través de conductas de docilidad. Según Dutton y Painter, el abuso crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su efecto asimétrico sobre el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos y castigos.
Sin embargo, esta teoría descansa aparentemente sobre la base del condicionamiento instrumental que, desde nuestra perspectiva, es válido para dar cuenta de algunos aspectos del repertorio de victimización (principalmente de aquellos referidos a la indefensión aprendida), pero falla en cubrir el complejo aparato psicológico asociado con este tipo de vínculos paradójicos. Según nuestro entendimiento, la incertidumbre asociada a la violencia repetida e intermitente es un elemento clave en el camino hacia el desarrollo del vínculo, pero no su causa única. Además, la teoría no toma en consideración que alguna esfera de desequilibrio de poder es en cierta medida inherente a muchas relaciones humanas: en las parejas traumáticas no parece ser una consecuencia sino un antecedente al abuso.
Otro modelo que busca una explicación para el comportamiento paradójico de las mujeres maltratadas es el tratamiento factorial de Graham sobre reacciones tipo síndrome de Estocolmo en mujeres jóvenes que mantienen relaciones de noviazgo (Graham, Rawlings, Ihms, Latimer, Foliano, Thompson, Suttman, Farrington y Hacker, 1995). Su modelo factorial toma la forma de una escala de evaluación de 49 ítems alrededor de un núcleo caracterizado por distorsiones cognitivas y estrategias de coping, y dos dimensiones secundarias denominadas 'daño psicológico' y una más ambigua 'amor-dependencia'.
La teoría de Graham, de propósitos evaluativos, perfil topográfico y metodología correlacional, fue diseñada para detectar la aparición de síntomas del síndrome de Estocolmo en mujeres jóvenes sometidas a abuso por parte de sus compañeros sentimentales, y está basada en la idea de que el síndrome es el producto de un tipo de estado disociativo que lleva a la víctima a negar la parte violenta del comportamiento del agresor mientras desarrolla un vínculo con el lado que percibe más positivo, ignorando así sus propias necesidades y volviéndose hipervigilante ante las de su agresor (Graham y Rawlings, 1991). Sin embargo, mientras esta explicación puede ser válida para describir alguno de los procesos globales implicados en el síndrome, no proporciona una hipótesis teórica sobre la naturaleza del proceso traumático más allá de algunos de sus elementos constituyentes.

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